Tu sonrisa, tu rosa
Tu sonrisa, tu rosa, deprisa, decorosa,
la brisa, deseosa! Tu sonrisa: preciosa
Tu sonrisa, tu risa, aprisa, airosa!
Sonrisa temerosa, que libera la rosa
libera gozosa, la prosa humorosa,
del verbo, cadenciosa, del juicio de tu rosa
que alaba temerosa, el sueño, esplendorosa,
del juicio de tu rosa, benévola, ruidosa
De sombra temerosa... Azarosa, se sonrosa
con el alba nemorosa, de tu sueño:
y elevo mi trigueño, canto que despeño,
en el alba junto al dueño, de tu boca dolorosa,
en el alba semioscura, de solombra candorosa,
por el juicio de tu rosa, junto a la voz que despeño
en las aguas de tu Canto, onerosamente seño,
en el alba cual trigueño, ó flautista que desposa…
Desde tu cuerpo de Rosa, cual efebo que ha querido,
solventar que no ha ocurrido, de tu beso, dolorosa
en el juicio de tu rosa, por el alba que ha mentido,
ó transido del juglar; otro suave bienestar
que tu alba candorosa, desde tu cuerpo de rosa,
ha querido despertar, con abriles, onerosa
desde tu cuerpo de rosa: en el alba, desde el mar,
al incierto pasajero, yo no sé de tu resero, pero sí de tu juglar…
He recorrido el velero, de tu cuerpo de aguacero
en tu boca de ultramar: en el sueño de su queja,
que septiembre ha desmentido, al abrir, desde tu reja,
el coloquio no perdido, de tu cuerpo que es acero
vulnerable a mi congoja, ó por tu cuerpo de rosa,
con espina en mi aguacero, y de pétalos frondosos
en el alba, candorosos, perfumados y golosos
rosa ebria que me embriaga, con lamento, vaporosa…
Desde tu cuerpo de rosa: has abierto tu perfume,
en la glosa hay un suspiro, que la boca de mi nido
ha sentido tu palabra: para ser de tu gemido,
ó la vuelta inexorable, del perfume que rezume,
colorido cuerpo rosa, de la gloria hacendosa
desde tu cuerpo de rosa: ha vestido tu concierto,
en la rosa que ha estimado, colorido que te esboza,
el perfume más selecto, de las flores que no han muerto…
A vestir tu primavera, ó de tu cuerpo trigueño,
alba nuncia que ha tocado, la blancura de su dueño
en la sombra más trivial, ó de tu perfume; rosa
de tu cuerpo, tan juiciosa, colorido a mi estival,
ó de púrpura mi acendro, con el roce desigual
de tu cuerpo más isleño, ó del alba candorosa:
el suspiro a mi venablo; de tu cuerpo más austero,
en la gloria de mi empero, y en tu rosa primordial…
He sentido la cascada, sobre el alba engalanada,
de tu cuerpo más estero, a la orilla, regalada…
Tu sonrisa, tu rosa, deprisa, decorosa,
la brisa, deseosa! Tu sonrisa: preciosa
Tu sonrisa, tu risa, aprisa, airosa!
Sonrisa temerosa, que libera la rosa
libera gozosa, la prosa humorosa,
del verbo, cadenciosa, del juicio de tu rosa
que alaba temerosa, el sueño, esplendorosa,
del juicio de tu rosa, benévola, ruidosa
De sombra temerosa... Azarosa, se sonrosa
con el alba nemorosa, de tu sueño:
y elevo mi trigueño, canto que despeño,
en el alba junto al dueño, de tu boca dolorosa,
en el alba semioscura, de solombra candorosa,
por el juicio de tu rosa, junto a la voz que despeño
en las aguas de tu Canto, onerosamente seño,
en el alba cual trigueño, ó flautista que desposa…
Desde tu cuerpo de Rosa, cual efebo que ha querido,
solventar que no ha ocurrido, de tu beso, dolorosa
en el juicio de tu rosa, por el alba que ha mentido,
ó transido del juglar; otro suave bienestar
que tu alba candorosa, desde tu cuerpo de rosa,
ha querido despertar, con abriles, onerosa
desde tu cuerpo de rosa: en el alba, desde el mar,
al incierto pasajero, yo no sé de tu resero, pero sí de tu juglar…
He recorrido el velero, de tu cuerpo de aguacero
en tu boca de ultramar: en el sueño de su queja,
que septiembre ha desmentido, al abrir, desde tu reja,
el coloquio no perdido, de tu cuerpo que es acero
vulnerable a mi congoja, ó por tu cuerpo de rosa,
con espina en mi aguacero, y de pétalos frondosos
en el alba, candorosos, perfumados y golosos
rosa ebria que me embriaga, con lamento, vaporosa…
Desde tu cuerpo de rosa: has abierto tu perfume,
en la glosa hay un suspiro, que la boca de mi nido
ha sentido tu palabra: para ser de tu gemido,
ó la vuelta inexorable, del perfume que rezume,
colorido cuerpo rosa, de la gloria hacendosa
desde tu cuerpo de rosa: ha vestido tu concierto,
en la rosa que ha estimado, colorido que te esboza,
el perfume más selecto, de las flores que no han muerto…
A vestir tu primavera, ó de tu cuerpo trigueño,
alba nuncia que ha tocado, la blancura de su dueño
en la sombra más trivial, ó de tu perfume; rosa
de tu cuerpo, tan juiciosa, colorido a mi estival,
ó de púrpura mi acendro, con el roce desigual
de tu cuerpo más isleño, ó del alba candorosa:
el suspiro a mi venablo; de tu cuerpo más austero,
en la gloria de mi empero, y en tu rosa primordial…
He sentido la cascada, sobre el alba engalanada,
de tu cuerpo más estero, a la orilla, regalada…
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