REFLEXIONES
Sentada en la suave hierba estoy, las ramas de añosos árboles se mecen sobre mi cabeza, levanto la vista, diviso la vida, un nido. Desde ahí pequeños zorzales trinan a mi alma como si supieran que esta desolada.
A mis pies una caravana de hormigas indolentes viaja presta con su carga hacia el hogar, las palmeras estiran sus brazos queriéndome acariciar.
Se escuchan voces de niños que ríen y juegan, resplandecen al sol charcos de agua donde pululan los insectos, más allá buscando intimidad parejas amorosas se juran fidelidad.
De repente sin aviso llega el viento envidioso de esta comunión de almas, arranca una hoja de mi santuario de palabras, quiere robar mis versos para leérselos a la luna, y en un rapto de imprudencia declararle su amor.
¡Detenle por favor! le ruego a una paloma, sus ojos grises me miran sin comprender la angustia de mi pedido y displicente alza el vuelo. Está bien amigo viento, eres un enamorado ladrón, te regalo mis versos, le digo en un susurro, agradecido de mi gesto juega con mis cabellos y cortésmente se retira.
Sublimes, mágicos instantes, me hacía falta este tiempo íntimo, solo mío. Mas el tiempo no perdona, no espera, somos sus esclavos, me grita ya es hora, ya es hora, ya es hora de volver a la quebradura de voces en el cemento, volver a la dantesca humanidad, a las multitudes que corren aprisa por calles solitarias, nadie se fija en su prójimo, ni en el árbol , ni la flor.
Volver, a la fría, enorme y gris ciudad.
Camino unos pasos y bajo las escaleras del metro...
Sentada en la suave hierba estoy, las ramas de añosos árboles se mecen sobre mi cabeza, levanto la vista, diviso la vida, un nido. Desde ahí pequeños zorzales trinan a mi alma como si supieran que esta desolada.
A mis pies una caravana de hormigas indolentes viaja presta con su carga hacia el hogar, las palmeras estiran sus brazos queriéndome acariciar.
Se escuchan voces de niños que ríen y juegan, resplandecen al sol charcos de agua donde pululan los insectos, más allá buscando intimidad parejas amorosas se juran fidelidad.
De repente sin aviso llega el viento envidioso de esta comunión de almas, arranca una hoja de mi santuario de palabras, quiere robar mis versos para leérselos a la luna, y en un rapto de imprudencia declararle su amor.
¡Detenle por favor! le ruego a una paloma, sus ojos grises me miran sin comprender la angustia de mi pedido y displicente alza el vuelo. Está bien amigo viento, eres un enamorado ladrón, te regalo mis versos, le digo en un susurro, agradecido de mi gesto juega con mis cabellos y cortésmente se retira.
Sublimes, mágicos instantes, me hacía falta este tiempo íntimo, solo mío. Mas el tiempo no perdona, no espera, somos sus esclavos, me grita ya es hora, ya es hora, ya es hora de volver a la quebradura de voces en el cemento, volver a la dantesca humanidad, a las multitudes que corren aprisa por calles solitarias, nadie se fija en su prójimo, ni en el árbol , ni la flor.
Volver, a la fría, enorme y gris ciudad.
Camino unos pasos y bajo las escaleras del metro...
Miér Abr 17, 2024 4:52 pm por caminandobajolalluvia
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Jue Abr 04, 2024 12:55 pm por caminandobajolalluvia