Para Meybel,
Clara…
Clara, como el desnudo de la rosa, clara
como la sombra del clavel que amara,
como el desnudo azar de tu silencio, avara
sobre la nïeve de tu tacto, que robara…
Clara como tu sombra, sombra amara
con el reclamo de tu sombra, yo soñara
con el desvelo de tu tacto, yo te amara
con el silencio de tu boca avara…
Con el clavel del desnudo blanco intento,
te perfumaran golondrinas sobre el bosque,
tan vespertinas sobre el ala que te embosque
mi longitud sobre la vela que sustento…
Clara como el albedrío de tu ébano la noche
no me soñara sin el pie de tu hermosura,
alicaído sobre el mar que te figura,
sobre el desvelo de tu miel, de miel de anoche…
Mi sombra se parece a tu clavel endrino
y justo sueña un Milagro fugitivo
de tu pincel que arroba lo cautivo
sobre la hiedra de tu manto purpurino…
Alaba un resto de miel lo que endulza la miel,
de tu arrobada forma cristalina,
sobre el sendero de mi ágata marina
mi voz endeble sólo oye a mi Meybel…
Solemne risa, acopiando cejijunta,
el terciopelo de tu luna, sol, impronta,
de tu desvelo añorando ver el trance
de tu suspiro engalanado, dance…
Oh, mi frescura tan soñada, mi alegría
espuma vuela sobre el viento a mis espaldas,
sobre el sendero de mi luna y flor tan gualdas
como el dorado amor que fluye, desearía…
Mi amor endulza lo anegado, sombras puje
el restañar de tu figura acristalada,
sobre el amor que sólo cierto se sonroje
sobre el desgano, al alimento de mi amada…
Procura incierto numen, golondrina
tan igualada a mi fortuna adamantina
sobre el desvelo de mi ágata de luna,
por el sendero de tu cielo, no me acuna…
Ó ya lo dulce atavía mi Verano,
sobre la miel que bermeja mi dulzura
sobre el aliento de tu voz y tu premura,
así el desvelo en el aliento de tu mano…
Sobre la lluvia, cae la risa, tu elocuencia
sobre el sendero de mi sombra, transparencia
de mi desnudo mar, que vuelve a tu cintura
para morar el lirio en mi clavel, que desmesura…
Clara, como el delirio de tu lienzo,
ya la pintura de tu tacto es más florida
sobre el ahínco de mi fragua fementida,
sobre el silencio de tu océano, que pienso…
Robarte un nardo es la mañana de mi centro,
que puja un ramo de osadía en plena luna,
sobre el sendero de mi voz, como ninguna
clara te busco, y encuentro claro tu reencuentro…
Sin mi silencio, no mi pluma te soñara,
no mi pantera, mi alabanza te buscara…
Clara…
Clara, como el desnudo de la rosa, clara
como la sombra del clavel que amara,
como el desnudo azar de tu silencio, avara
sobre la nïeve de tu tacto, que robara…
Clara como tu sombra, sombra amara
con el reclamo de tu sombra, yo soñara
con el desvelo de tu tacto, yo te amara
con el silencio de tu boca avara…
Con el clavel del desnudo blanco intento,
te perfumaran golondrinas sobre el bosque,
tan vespertinas sobre el ala que te embosque
mi longitud sobre la vela que sustento…
Clara como el albedrío de tu ébano la noche
no me soñara sin el pie de tu hermosura,
alicaído sobre el mar que te figura,
sobre el desvelo de tu miel, de miel de anoche…
Mi sombra se parece a tu clavel endrino
y justo sueña un Milagro fugitivo
de tu pincel que arroba lo cautivo
sobre la hiedra de tu manto purpurino…
Alaba un resto de miel lo que endulza la miel,
de tu arrobada forma cristalina,
sobre el sendero de mi ágata marina
mi voz endeble sólo oye a mi Meybel…
Solemne risa, acopiando cejijunta,
el terciopelo de tu luna, sol, impronta,
de tu desvelo añorando ver el trance
de tu suspiro engalanado, dance…
Oh, mi frescura tan soñada, mi alegría
espuma vuela sobre el viento a mis espaldas,
sobre el sendero de mi luna y flor tan gualdas
como el dorado amor que fluye, desearía…
Mi amor endulza lo anegado, sombras puje
el restañar de tu figura acristalada,
sobre el amor que sólo cierto se sonroje
sobre el desgano, al alimento de mi amada…
Procura incierto numen, golondrina
tan igualada a mi fortuna adamantina
sobre el desvelo de mi ágata de luna,
por el sendero de tu cielo, no me acuna…
Ó ya lo dulce atavía mi Verano,
sobre la miel que bermeja mi dulzura
sobre el aliento de tu voz y tu premura,
así el desvelo en el aliento de tu mano…
Sobre la lluvia, cae la risa, tu elocuencia
sobre el sendero de mi sombra, transparencia
de mi desnudo mar, que vuelve a tu cintura
para morar el lirio en mi clavel, que desmesura…
Clara, como el delirio de tu lienzo,
ya la pintura de tu tacto es más florida
sobre el ahínco de mi fragua fementida,
sobre el silencio de tu océano, que pienso…
Robarte un nardo es la mañana de mi centro,
que puja un ramo de osadía en plena luna,
sobre el sendero de mi voz, como ninguna
clara te busco, y encuentro claro tu reencuentro…
Sin mi silencio, no mi pluma te soñara,
no mi pantera, mi alabanza te buscara…
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