ESA BRISA...
Esa brisa que acarició mi rostro, refrescó mi ambiente
Dejando una estela de alegría en mi mente
Y en mi cuerpo, una sonrisa, más que complaciente
Ver las gotas de lluvia golpear sobre mi frente
Esa brisa que acarició mi rostro, tenía algo de ti
Las gotas que caían, eran lágrimas de tus ojos preciosos
Que derramaste por conseguir de tus anhelos hermosos
El amor de tus entrañas, cubría de brisa su cuerpo armonioso
Esa brisa que acarició mi rostro, salpicaba en tu aroma
Esparciendo fragancias sobre mi cuerpo erguido
Cautivando como burbujas que lleva la brisa, en sostenido
Envolviéndome en tus perfúmenos adormecido
Esa brisa que acarició mi rostro, eran gotas de tu sudor
Que acariciaban todo mi cuerpo y mente ida
Impregnándome en su suave olor
Olor que me diste un día, de su cuerpo esplendoroso
Esa brisa que acarició mi rostro, era tu presencia viva
La imaginación, no tenía cabida en mi corazón ardiente
Tenerte entre mis brazos, estrechándola suavemente
Rodar por entre la hierba, nuestros cuerpos entrecruzados armoniosamente
No quiero más brisas, ni lágrimas, en mi cuerpo herido
Ni aromas, ni sudor, sobre mi cuerpo adormecido
Quiero tenerte y besarte, amor querido
No quiero dejarte, así caigan tormentas sobre nuestros cuerpos amanecidos
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla
Bucaramanga- abril-23-2012
Esa brisa que acarició mi rostro, refrescó mi ambiente
Dejando una estela de alegría en mi mente
Y en mi cuerpo, una sonrisa, más que complaciente
Ver las gotas de lluvia golpear sobre mi frente
Esa brisa que acarició mi rostro, tenía algo de ti
Las gotas que caían, eran lágrimas de tus ojos preciosos
Que derramaste por conseguir de tus anhelos hermosos
El amor de tus entrañas, cubría de brisa su cuerpo armonioso
Esa brisa que acarició mi rostro, salpicaba en tu aroma
Esparciendo fragancias sobre mi cuerpo erguido
Cautivando como burbujas que lleva la brisa, en sostenido
Envolviéndome en tus perfúmenos adormecido
Esa brisa que acarició mi rostro, eran gotas de tu sudor
Que acariciaban todo mi cuerpo y mente ida
Impregnándome en su suave olor
Olor que me diste un día, de su cuerpo esplendoroso
Esa brisa que acarició mi rostro, era tu presencia viva
La imaginación, no tenía cabida en mi corazón ardiente
Tenerte entre mis brazos, estrechándola suavemente
Rodar por entre la hierba, nuestros cuerpos entrecruzados armoniosamente
No quiero más brisas, ni lágrimas, en mi cuerpo herido
Ni aromas, ni sudor, sobre mi cuerpo adormecido
Quiero tenerte y besarte, amor querido
No quiero dejarte, así caigan tormentas sobre nuestros cuerpos amanecidos
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla
Bucaramanga- abril-23-2012
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