Consuelo de brisa...

Consuelo de brisa…


Consuelo de la brisa que remonta,
toda caricia alada que te imparte
preludio de la fuente nacarada,
océano en tristeza deambulante…
Mi deslumbrado Oro se hace noche,
y oscuridad no merma sin dulzura:
tal vez era pasión que viste el viento,
ó sola de mi Lira, la palabra…

Consuelo de la unión que me transporta
hasta distante norma acicateada,
tal vez pronombre del albur que sueña,
ya la distancia ebúrnea que compara…
Distante cerrazón, arista noble,
que oscura la palabra se trasfonda,
en otro mar de sombra que la noche,
inerme, grácil, tu virtud afana…

Largo camino que distancia cede,
en vano el altruismo se disgrega,
cual la palabra oscura se sumerge
otro verano dócil sin su monta…
Largo tormento que el alba reclama,
para pasivas lágrimas ocultas,
sin huella la palabra desvaría,
ó en otra miel profana se lacera…

Herrumbre de la voz, contigo calla,
la madreselva atroz que ya no muere,
perfume de dialéctica y sonrisa,
que la mañana adopta y se consuele…
Espurio soñador que vida ufana,
tan doble la quimera de vanguardia,
es otra noche, estrellas, taquicardia
de un sainete veloz que se escapaba…

Amor, tormento vano, ya no esconde
de la palabra necia su vil forma,
arúspice del mal y de su aroma,
hedor de los silencios que amortaja…
Palabra vil, tormento que no acaba,
otra sombra soez, el viento inclina
palabra, noche ruin, pantera recia,
oscura del topacio que amilana…

Sobreviviente ardor, herrumbre cana
que no la huella calva si concibe,
otra vana feroz, roedor que calla,
si ciega mente oprime, nave encalla…
Contexto del amor golpeado emerge,
entre las sombras, mar acantilado,
de la vertiente océano nublado
pasiva, engaño torna desahuciado…

Golpes de la gran fábrica, truhanes,
relámpagos en sorna con la fiesta,
de aquel desmán que ríe y ya no muere…
Golfos de la basura descarriada,
que el veneno del mal urdió y declina,
el nulo compromiso con la vida,
hechura en odio cántico de burla…
Camina lento, aléjate del asco

Que el poderío infame se acobarda,
unción, palabra noble no desquita
el necio ardor, la sombra que perturba…
Golpes de la gran fábrica, truhanes
mañanas oscurecen en las llagas,
la noche se apodera de los Soles,
la Vida lucha, insiste y se arrebata…
Camina lento, aléjate del asco…

Consuelo de la brisa que remonta,
toda caricia alada que te imparte
preludio de la fuente nacarada,
océano en tristeza deambulante…
Mi deslumbrado Oro se hace noche,
y oscuridad no merma sin dulzura:
tal vez era pasión que viste el viento,
ó sola de mi Lira, la palabra…

Consuelo de la unión que me transporta
hasta distante norma acicateada,
tal vez pronombre del albur que sueña,
ya la distancia ebúrnea que compara…
Distante cerrazón, arista noble,
que oscura la palabra se trasfonda,
en otro mar de sombra que la noche,
inerme, grácil, tu virtud afana…

Largo camino que distancia cede,
en vano el altruismo se disgrega,
cual la palabra oscura se sumerge
otro verano dócil sin su monta…
Largo tormento que el alba reclama,
para pasivas lágrimas ocultas,
sin huella la palabra desvaría,
ó en otra miel profana se lacera…

Tal vez la noche aceche sin estrellas,
pero morir contigo es ver centellas…


Alejandro Rodrigo Flagel