Dulce atavío de la noche
Dulce atavío en tu figura, venablo incierto del ardor,
pajiza blancura de sofreno nato, undoso alcor
reverberando incierto clamor emancipando una rosa
distinta de su flor, mañana hermosa,
aleve, profunda y solemne cual anhelo
de fuga, su sostén endeble en el suspiro,
descifrando el latido, inmerso en su recelo
cual estoico ademán de mi cielo en el zafiro…
Undoso, abriga llanto, encomia una palabra segadora
de rota mella, y clamor, muerta figura escandalosa,
sobre la tëa juïcïosa, del rubor cual extasíe
su robo en una dócil flor, cual rémora llamada,
su dócil pernoctada, abriga sutil fresno,
y engavilla su amor níveo, cual separa del averno,
sutil clamor de flores, adosando en pretil clamor su errante,
candil cual es un ego, crisálida la amante…
Hendida en una fosa, liviana en dócil, trémula
asentada de lluvia enamorada, en extravío del incierto
pasaje al descubierto de la flor, undoso emula,
su brisa en una fuga, ariete descubierto
de sol henchido fragua, lo dócil, la sapïencia,
del oro en una fuga, de rostro enternecido
cual risa enamorada en dócil llano, sincopada
de rimas y de llanto acaecida su guitarra
Descubierta sin el ara del bosquejo, aún imbuida
en sólida amapola encarcelada, dosaje al ruiseñor
de rüinas su desmedro, de leve resplandor,
incierto en su fecunda amiga rutilante, negra
de su fuga la corchea que separa la figura de su molde
y encabrita su silencio cual un roble, latido de esperanza
Virada en sueño, cardumen hecho pétreo gusano boquiabierto,
endeble en el suspiro, talante hecho de fauna…
Sin fuga la otra mella, suspiro que compara la botella,
de su rostro encaramando la figura que avasalla
lentitudes su muralla, sobre sándalos que abrevan
su Silva en otra testa, consumada la Victoria que resta…
Refucilo del ardor, negando complacencia ensimismada,
reviste del oleaje murmurada insignia contrapuesta,
al suspiro negado de su testa, sandalia hecha de flor,
durmiente y nacarada, sombra resta, su artilugio…
Y canta el subterfugio lacerado, estoico enamorado
en otro cielo, desmán que en un anhelo de fuga iridiscente
compagina lo sapiente de universos blanquecinos
y allanada, trovadoras libertades encarcela su oro en fuga,
de sinérgica armadura rutilante en la ballesta,
contorno que presta su figura de laúd, entrecruzando
la durmiente mar de flores, en flores nadando, sobre flores…
Cual es un nado de artificio en sus pulmones de siembra…
Encalla, cual es un rüego su ilícita persona,
anida en su Verano, lo dócil que blasona…
Dulce atavío en tu figura, venablo incierto del ardor,
pajiza blancura de sofreno nato, undoso alcor
reverberando incierto clamor emancipando una rosa
distinta de su flor, mañana hermosa,
aleve, profunda y solemne cual anhelo
de fuga, su sostén endeble en el suspiro,
descifrando el latido, inmerso en su recelo
cual estoico ademán de mi cielo en el zafiro…
Undoso, abriga llanto, encomia una palabra segadora
de rota mella, y clamor, muerta figura escandalosa,
sobre la tëa juïcïosa, del rubor cual extasíe
su robo en una dócil flor, cual rémora llamada,
su dócil pernoctada, abriga sutil fresno,
y engavilla su amor níveo, cual separa del averno,
sutil clamor de flores, adosando en pretil clamor su errante,
candil cual es un ego, crisálida la amante…
Hendida en una fosa, liviana en dócil, trémula
asentada de lluvia enamorada, en extravío del incierto
pasaje al descubierto de la flor, undoso emula,
su brisa en una fuga, ariete descubierto
de sol henchido fragua, lo dócil, la sapïencia,
del oro en una fuga, de rostro enternecido
cual risa enamorada en dócil llano, sincopada
de rimas y de llanto acaecida su guitarra
Descubierta sin el ara del bosquejo, aún imbuida
en sólida amapola encarcelada, dosaje al ruiseñor
de rüinas su desmedro, de leve resplandor,
incierto en su fecunda amiga rutilante, negra
de su fuga la corchea que separa la figura de su molde
y encabrita su silencio cual un roble, latido de esperanza
Virada en sueño, cardumen hecho pétreo gusano boquiabierto,
endeble en el suspiro, talante hecho de fauna…
Sin fuga la otra mella, suspiro que compara la botella,
de su rostro encaramando la figura que avasalla
lentitudes su muralla, sobre sándalos que abrevan
su Silva en otra testa, consumada la Victoria que resta…
Refucilo del ardor, negando complacencia ensimismada,
reviste del oleaje murmurada insignia contrapuesta,
al suspiro negado de su testa, sandalia hecha de flor,
durmiente y nacarada, sombra resta, su artilugio…
Y canta el subterfugio lacerado, estoico enamorado
en otro cielo, desmán que en un anhelo de fuga iridiscente
compagina lo sapiente de universos blanquecinos
y allanada, trovadoras libertades encarcela su oro en fuga,
de sinérgica armadura rutilante en la ballesta,
contorno que presta su figura de laúd, entrecruzando
la durmiente mar de flores, en flores nadando, sobre flores…
Cual es un nado de artificio en sus pulmones de siembra…
Encalla, cual es un rüego su ilícita persona,
anida en su Verano, lo dócil que blasona…
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