Ohrasión

Ahora es momento de escupir la vergüenza
De escrutar los sórdidos pasillos de la melancolía vieja
Y hacer el intento de espabilar las ideas
Desempolvar las aspiraciones y los anhelos truncos

Ahora es momento de demoler la angustia
De vagabundear por las veredas del hastío enano
Y salir a mirar sin temor al desasosiego
A sentir en los pies las dudas y pasarlas por arriba

Tomar de las orejas a dios y ponerlo en penitencia
Compartir un Fernet con la Soledad y cagarnos de risa
Decir que si con la cabeza y mirar al frente

Aceptar concienzudamente mi falta de osadía
Salir a buscar las agallas aunque me muera de miedo
Jugar menos a querer de más

Ahora es momento de afinar la puntería
De escoger los pasitos adecuados de mi andar aletargado
Y desparramar convicciones a diestra y siniestra a pesar de todo
A no vender las certezas para alimentar las ambiciones

Ahora es momento de escoger mi parcelita de sueños
De no claudicar ante las pequeñas derrotas cotidianas
Y soltar la puteada que me vacíe el fuelle de los pulmones
A sonreír porque si porque tengo los dientes limpios

Soltarle la mano a la tristeza y echarla bien a la mierda
Plantar en el jardín los deseos para regarlos día a día

Sentir en las mejillas los labios del viento
Salir a recoger mis miradas de preocupación absurda
Y a darme el lujo de ser un incoherente un ridículo

Ahora es momento de escudriñar los enigmas del día
De conversar con el silencio en voz baja
y sacarle alguna verdad en el descuido
Y volver a ser el mejor de mis posibles yo
Y toparme cara a cara con mis defectos y mis evasiones

A ponerme al tanto de mi estupidez y mi hipocondría
A quererte aunque andes lejos de mis dedos
o mi tristeza
A abrazarte con los ojos y recordarte
con los labios
A quitarme esta carga fútil de sentirme
un ser humano regular
A despojarme de este prolegómeno embustero
y volverme un laconismo

Es momento de seguir comenzando otra vez
sin demagogias ni conmiseración
De mezclar las cartas y barajar de nuevo
aunque no vengan las buenas
De levantarme día a día y sonreír
aunque el barro me llegue al cuello
De inventar el sol porque al muy amarrete
se le dio por escatimar sus rayitos

De querer o quererte sin esperar
reciprocidad o correspondencia
De levantar los brazos aunque me caguen a piñas
De respirar con la nariz y la memoria
otros otoños y otros besos
De rememorar los bancos de plaza
y las luces del sábado




De asistir sin paroxismos baratos
a mis entierros y mis nacimientos
De vaciarme los bolsillos de ese pesimismo elegante
que me apabulla
De hostigar a mi mansedumbre e iniciar
un paseo consistente

Dejar las fallutas excusas y poner manos a la obra
No permitir nunca mas que me elijan la conciencia
No vender por monedas mi libertad ni mis oídos
Empezar despacito a reconocerme un paria un corpúsculo
A reconocerme insignificante en este vasto
y desinteresado cuento

A respirar profunda y pausadamente
A sacudirme la modorra así con los dedos
A creer que se puede ser mas que la marca de un jean
O el modelo de un auto o el puto celular que compraste
En cómodas cuotas que hipotecan tu persona
y tu independencia
Que te encadenan cada vez más y en mayor medida
A la inapelable sumisión de ser un cero mas
en sus capitales
A la irrefutable certeza de no ser un individuo

A volver a caminar con las pestañas diáfanas, limpísimas
A volver a dormir con los brazos despojados sin lluvia
A vociferar con la jeta bien en alto y el pecho bien henchido
A permitirme ser uno mas del montón y disfrutarlo
A salirte a buscar aunque ya te hayas ido bien lejos
A soltar las mochilas que me pesan en la espalda
A dejar entrar a la locura y prepararle
el cuarto de invitados


Ahora y en la hora de mis muertes
Amèn…