Con el signo encarnado...

Somos regidos por un mundo de signos,
De marcas, de señales, de registros.
El símbolo como estaca nos limita, al vaivén del tiempo.
Escritos carnales que obedecen nuestros genes,
Es un karma,
Herencia de generaciones eximidas de sentidos,
Rutinas enfermizas del diario.

El Sol los funde como herrero sagrado,
Construye caminos infinitos hacia la conducta del ser,
¿Humano deshumanizado?

Caminos regidos por limitaciones de nuestra propia supervivencia,
¿Supervivencia sin sapiencia o con paciencia?
¡Ay!, Natura…
Como nos conduces,
¿Hacia donde?
¿Cuál es el infinito?

Símbolos cauterizando heridas,
Registros de pertenencia,
Cuando no somos ni atemporales,
¿Por que la piel tatuada por su regla moral?
¿Porque el sinónimo de una raza?,
¿Porque la limitaciones de un poderío?
Todo... todo regido por una simbología
Casi nefasta de un universo con dueño.
¿Derrocarlo nuestra libertad?
¿Pero que, si nos quedamos sin guías?

Miseria nuestra, existencia peones.
Fichas de un tablero de ajedrez
Manejado por un registro numeral de nuestra identidad
¿Puede el alfil montar el caballo
Y saltar la realeza para desmoronar el tablero?

¡Fusionemos el blanco y el negro!
Delimitemos el color,
No le demos la tendencia que esclavizo
Por milenios,
Nuestro destino.