Continua:
Aquellos olvidados sentimientos empezaron a repercutir en mi ser, poco a poco fluyeron desde lo profundo de mi corazón y controlarme. Fue una derrota para mi orgullo esta etapa, fui una copa de fino cristal que rebalsa a causa de una gotera que cae en ella. Era irresistible, mis sufrimientos eran brazas ardientes que caían en mi cuerpo. Mis penurias fueron muchas en esa época, la copa se gasto con cada mentira, se rasgo con cada decepción y se desintegro por los engaños que padecí.
Al perder aquella situación, adquirí una crisis muy dolorosa para el ser: ¡Mi vida no tiene sentido! Los días pasaron y me preguntaba: ¿para que vivo/por que existo?
Por extraños azares del destino, mis apreciados padres decidieron mandarme a un campamento creado por instituciones del gobierno provincial. Fue terrible sobrevivir allí, no conocía a nadie, no era muy sociable sumando a que todavía era muy sensible.
Grande y sabia la naturaleza humana, divina adaptación, los restos moribundos de esa copa lograron ponerse firmes, ya no era cristal, era una goma, una goma que resistía golpes y lograba responderlos, logre una gran sensación de independencia.
Por fin, después de tanto tiempo, volví a ser feliz, ese años escolar fue utópico, la pase muy bien, resulté elegido como el mejor compañero, escolta de la bandera, etc. Maravillosos días me rodearon y complacieron a mi ser, logre ser sociable, autónomo, recupere mi orgullo.
Volví a caer en el aromo (árbol de pequeñas flores amarillas con espinas) del amor, el dulce aroma de la inocencia me hizo confesar a mi mejor amiga, con ello los vínculos que teníamos se fortalecieron y a su vez empezaron a lastimar de a poco. Lo tenia todo, atención, amigos, y básicamente una especie de novia.
Pero, al salir de la escuela primaria, descubrí que la tan anhelada atención que quería era demasiada, a mi no me servia, todos estaban encima de mi, no obstante, ¿que era lo que estaba buscando? No tenia el menor conocimiento sobre mi necesidad.
Pase mi primer año buscando alguna motivación, si no prestaba atención finja estar distraído, si estaba de mal humor decía que era por tener fiaca, pero en realidad, ocultaba con esas escusas mi gran frustración, mi fracaso.
Fue difícil obtener amigos,nunca los escuchaba, y me mantuve así por casi todo el año, pro un compañero me dijo un día: - No sos parte del curso.
CONTINUARA...
Aquellos olvidados sentimientos empezaron a repercutir en mi ser, poco a poco fluyeron desde lo profundo de mi corazón y controlarme. Fue una derrota para mi orgullo esta etapa, fui una copa de fino cristal que rebalsa a causa de una gotera que cae en ella. Era irresistible, mis sufrimientos eran brazas ardientes que caían en mi cuerpo. Mis penurias fueron muchas en esa época, la copa se gasto con cada mentira, se rasgo con cada decepción y se desintegro por los engaños que padecí.
Al perder aquella situación, adquirí una crisis muy dolorosa para el ser: ¡Mi vida no tiene sentido! Los días pasaron y me preguntaba: ¿para que vivo/por que existo?
Por extraños azares del destino, mis apreciados padres decidieron mandarme a un campamento creado por instituciones del gobierno provincial. Fue terrible sobrevivir allí, no conocía a nadie, no era muy sociable sumando a que todavía era muy sensible.
Grande y sabia la naturaleza humana, divina adaptación, los restos moribundos de esa copa lograron ponerse firmes, ya no era cristal, era una goma, una goma que resistía golpes y lograba responderlos, logre una gran sensación de independencia.
Por fin, después de tanto tiempo, volví a ser feliz, ese años escolar fue utópico, la pase muy bien, resulté elegido como el mejor compañero, escolta de la bandera, etc. Maravillosos días me rodearon y complacieron a mi ser, logre ser sociable, autónomo, recupere mi orgullo.
Volví a caer en el aromo (árbol de pequeñas flores amarillas con espinas) del amor, el dulce aroma de la inocencia me hizo confesar a mi mejor amiga, con ello los vínculos que teníamos se fortalecieron y a su vez empezaron a lastimar de a poco. Lo tenia todo, atención, amigos, y básicamente una especie de novia.
Pero, al salir de la escuela primaria, descubrí que la tan anhelada atención que quería era demasiada, a mi no me servia, todos estaban encima de mi, no obstante, ¿que era lo que estaba buscando? No tenia el menor conocimiento sobre mi necesidad.
Pase mi primer año buscando alguna motivación, si no prestaba atención finja estar distraído, si estaba de mal humor decía que era por tener fiaca, pero en realidad, ocultaba con esas escusas mi gran frustración, mi fracaso.
Fue difícil obtener amigos,nunca los escuchaba, y me mantuve así por casi todo el año, pro un compañero me dijo un día: - No sos parte del curso.
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