Temores

Además de mis heridas quiero
enterrar mis temores
como ajada flor que ya no respira,
como la materia grasa
putrefacción lenta de las horas.

¿Encuentras a veces el secreto
mágico para describir a Dios?
¿ Su cara sin color?,
¿una línea brillante en forma pura?,
las palabras al final son como lanzas, nada.
¡Querría dormir! ¡Dormir más que vivir!,
en un sueño como la muerte.

No soy el mismo
en la mañana de mi vieja existencia,
pozo sin fondo.

Los sentimientos van más allá,
y no deben disminuir nunca,
pero revivo un día distante de otro,
a veces un sentimiento,
un minuto de la hora que pasó.

En mi cuerpo sensible muchas almas ya habitaron,
levanto mi vida cuya frase final no toma forma en el aire,
canción preocupada, voz de niebla del ayer
y hoy, él resumen en los bordes de mi herida:
¡La ilusión plena de la herrumbre!

Paciente miro los horizontes
y la imagen del fraude,
las pruebas del temor de mi silencio,
el día equivocado que es lanzado
por vértigos de altura alrededor para ahogarse.

Mi destino, mi alegría, soy de ahora en adelante:
El mártir inocente cuya pasión aumenta su suplicio.

Buen poema a tí mismo, tu temores y también angustias y deseos que se quieren escapar. Me gustó leerlo, tiene imágenes lejanas.

Abrazo, Luís!!

Los temores... ufa.. vaya tema... no se si se puedan enterrar, lo mejor es enfrentarlos digo yo... luego se vuelven fortalezas... un beso

Lorena Perez escribió:Los temores... ufa.. vaya tema... no se si se puedan enterrar, lo mejor es enfrentarlos digo yo... luego se vuelven fortalezas... un beso

Si, tu los has dicho.

caminante escribió:Buen poema a tí mismo, tu temores y también angustias y deseos que se quieren escapar. Me gustó leerlo, tiene imágenes lejanas.

Abrazo, Luís!!

"Caminante no hay camino se hace camino al andar". Gracias amigo.

[b] La vida es un sueño, amigo Luis. Un sueño del que despertamos para morir; pero, en ese intervalo, en esa fracción de tiempo que es la vejez, aún podemos hacer grandes cosas, como es la de recordar aquellos sueños que no supimos valorar en su tiempo y reordenarlos para morir en paz, con la sensación de haber vivido lo soñado. Abrazote.