Para la sorpresa de mi amada
mis labios dulces entreabren la sonrisa de la rosa,
cual húmedo talento abreviando castas aguas dulces
y sonoros arrebatos de amor, sueño y vertiente.
Mi amada es como el vino
cual novia bien naciente, entre el verano y el oro de luz terso
inclinando mis calores a su abrazo
y mis pasos a los húmedos tridentes…
Légamo de los ríos es el caudal de mi arrebato
cual copia bella, el fulgor nativo estrato
entre que sombras y luces reclinadas
aciagas toman el carmín de su boca en la enramada…
Oh, ciega bruma que aclara en el poniente!
Mi luz en el martirio es suficiente
para darle a la marea de tus labios, el regreso
de tu oro púrpura en el sostén de tus besos!
Y nueva es la sal que difunde tus cabellos
en el verano del oro iluminado
por el sol que entre sombras me han alado
a tus labios, matiz de enamorado!
Descifrando cautelar de tu mensaje
los enigmas,
que sostienen la noche entre las gemas de
tus ojos
como bellas escarlatas rubias que se impropian en la noche
de los sesgos frutos que reclaman la delicia
que hay entre tus manos
y se evaden juramentos
deslizados de promesas diluidas que en el alba
magentas horas capturan el oriente
de tu festín sonriente!
Cual noche voluptuosa
es el ahínco de mi frenesí…
Y entre la noche
me separo de las rosas,
para aclarar la miel de tu sólida belleza,
que entre la noche, de ésta sombra
arrea la maleza
entre la calma de mi porvenir enamorado…
Soy como un haz que canta en tu belleza
como un sol templado
y tu sueño,
pule mis piedras
tu sueño fermenta mi vino
tu sueño acaece mi destino
tu sueño fracasa entre mis náufragos
tu sueño evade mis suspiros
y contiene las noches
tu sueño es el furor despierto de nuevas llamaradas
tu sueño es el aleteo de palomas ciegas en la cumbre
tu sueño me despierta en el desvelo
tu sueño sueña que te anhelo
tú eres el Sueño que nombro al despertar…
y tu mirada…
es el ciego resplandor de las palabras
en las selvas promiscuas de la soledad y la belleza
de la fértil desnudez de tus silencios
ó las llamas que incandescen en mi vientre
cuando tocas
elegantemente mis cabellos
y los llamas: azahares.
mis labios dulces entreabren la sonrisa de la rosa,
cual húmedo talento abreviando castas aguas dulces
y sonoros arrebatos de amor, sueño y vertiente.
Mi amada es como el vino
cual novia bien naciente, entre el verano y el oro de luz terso
inclinando mis calores a su abrazo
y mis pasos a los húmedos tridentes…
Légamo de los ríos es el caudal de mi arrebato
cual copia bella, el fulgor nativo estrato
entre que sombras y luces reclinadas
aciagas toman el carmín de su boca en la enramada…
Oh, ciega bruma que aclara en el poniente!
Mi luz en el martirio es suficiente
para darle a la marea de tus labios, el regreso
de tu oro púrpura en el sostén de tus besos!
Y nueva es la sal que difunde tus cabellos
en el verano del oro iluminado
por el sol que entre sombras me han alado
a tus labios, matiz de enamorado!
Descifrando cautelar de tu mensaje
los enigmas,
que sostienen la noche entre las gemas de
tus ojos
como bellas escarlatas rubias que se impropian en la noche
de los sesgos frutos que reclaman la delicia
que hay entre tus manos
y se evaden juramentos
deslizados de promesas diluidas que en el alba
magentas horas capturan el oriente
de tu festín sonriente!
Cual noche voluptuosa
es el ahínco de mi frenesí…
Y entre la noche
me separo de las rosas,
para aclarar la miel de tu sólida belleza,
que entre la noche, de ésta sombra
arrea la maleza
entre la calma de mi porvenir enamorado…
Soy como un haz que canta en tu belleza
como un sol templado
y tu sueño,
pule mis piedras
tu sueño fermenta mi vino
tu sueño acaece mi destino
tu sueño fracasa entre mis náufragos
tu sueño evade mis suspiros
y contiene las noches
tu sueño es el furor despierto de nuevas llamaradas
tu sueño es el aleteo de palomas ciegas en la cumbre
tu sueño me despierta en el desvelo
tu sueño sueña que te anhelo
tú eres el Sueño que nombro al despertar…
y tu mirada…
es el ciego resplandor de las palabras
en las selvas promiscuas de la soledad y la belleza
de la fértil desnudez de tus silencios
ó las llamas que incandescen en mi vientre
cuando tocas
elegantemente mis cabellos
y los llamas: azahares.
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