Me gustas mucho wey!...
Miserablemente desconocida,
Aún así me agrado su perfume,
Y su patético aire que reflejaba un totalitarismo deforme…
Su saliva sabía como a mi cerveza,
Y su cigarro casi me quema el rostro,
Y quería que fuera suyo,
Y quería pasar la noche bajo mi mando…
Sus ojos escurrían una ternura tan turbia como las aguas Del mingitorio.
Y en caricias torpes no hice nada,
Solo bebía,
viéndola vomitar besos y promesas,
Nombrar lágrimas y traiciones,
Eterna como esas noches en que no pasa nada.
Tres encendedores le prendieron el cigarro,
Y cien lenguas le hablaron de amor,
Pero igual siguió a mi lado,
No le dije nada,
Ni siquiera mi nombre,
Me limitaba a escuchar y ser besado,
Y nunca entendí nada de lo que dijo…
Que se puede esperar de un corazón ebrio, y una botella rota?
Ella dijo, algo que no recuerdo del todo,
Entendí que creía que era agradable.
Supongo que eso es lo que quieren las mujeres de hoy…
Un pobre diablo que no hable y solo escuche,
Que no se mueva hacia otra mujer,
E idiota se quede a su lado,
Hay veces que pienso que deberían enamorarse de cadáveres,
Pero igual temen a no ser abrasadas…
Y quien no?
Igual eso parecía, por el momento,
Pero fui al baño…
Y al salir,
Solo quedaba una colilla,
una botella a medias
Y un aroma casi muerto.
Miserablemente desconocida,
Aún así me agrado su perfume,
Y su patético aire que reflejaba un totalitarismo deforme…
Su saliva sabía como a mi cerveza,
Y su cigarro casi me quema el rostro,
Y quería que fuera suyo,
Y quería pasar la noche bajo mi mando…
Sus ojos escurrían una ternura tan turbia como las aguas Del mingitorio.
Y en caricias torpes no hice nada,
Solo bebía,
viéndola vomitar besos y promesas,
Nombrar lágrimas y traiciones,
Eterna como esas noches en que no pasa nada.
Tres encendedores le prendieron el cigarro,
Y cien lenguas le hablaron de amor,
Pero igual siguió a mi lado,
No le dije nada,
Ni siquiera mi nombre,
Me limitaba a escuchar y ser besado,
Y nunca entendí nada de lo que dijo…
Que se puede esperar de un corazón ebrio, y una botella rota?
Ella dijo, algo que no recuerdo del todo,
Entendí que creía que era agradable.
Supongo que eso es lo que quieren las mujeres de hoy…
Un pobre diablo que no hable y solo escuche,
Que no se mueva hacia otra mujer,
E idiota se quede a su lado,
Hay veces que pienso que deberían enamorarse de cadáveres,
Pero igual temen a no ser abrasadas…
Y quien no?
Igual eso parecía, por el momento,
Pero fui al baño…
Y al salir,
Solo quedaba una colilla,
una botella a medias
Y un aroma casi muerto.
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