Dama de negra eternidad (R. libre)

Siempre rapaz,
siempre vestida de malva
tú. Transeúnte perfecta,
satinada de falacias
y miserias temporales.

Apócrifa y hermosa,
que gobiernas los abismos
Y destierras toda experiencia,
erigiendo tu estandarte
sobre la tenue obra humana.

Infinita dirigente,
de sienes filosas,
magnánimamente cruel…
Todos se arrodillan a tu emblema:
Hundiéndose en el miedo
perdiéndose en la ocre soledad

¡Pero yo no te temo!
pues tu balsámica voz, no escucho
y tus redes flagrantes me ignoran

Y no podría temerte,
pues solo compunge el misterio
La incertidumbre del vivir

…Y yo, jamás he existido.