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por darkdubito Vie Abr 23, 2010 11:48 amQuiero suplicar tu dulce clemencia
solo un poco; Ten paciencia por favor.
Elevo mi plegaria, este pequeño clamor
solicitando tu infinita indulgencia
abusando de tu tiempo, que está siempre ocupado,
quisiera reclamar un poco de tu atención;
No es que lo merezca, pero ten compasión
de este torpe hijo que se fue descarriado.
Me alejé de tus caminos de la mano de la soberbia
siguiendo al orgullo en su embelecada galera;
de toda tu luz y bondad me extravié en vil sordera
volviéndome solo un muñeco que ahora llora tu ausencia
¡Oh mi señor, no me desprecies, te lo ruego!
no te fijes en lo ciego que me volvió la vanidad…
Solo soy un tonto más que sedujo la oscuridad
para después de utilizarme, olvidarme en el fuego
no te acuerdes de mis dudas, ni lo poco que he luchado,
que mi fe siempre fue débil y de manos enfermizas,
y que el tinte de mi alma ya posee marcas cobrizas
de tanto acumular pecados en mi rumbo equivocado.
Recuerda, mi señor, que rezaba en las noches
de rodillas, en el suelo, en mi cuarto antes de dormir;
Escucha a este pecador que quiere dejar de sufrir
y en silencio está aguardando tus miles de reproches…
Oh señor, ten piedad, y regálame tu bendición
solo un poco, un trocito, y renueva mi corazón;
Soy solo un hombre pequeño que clama tu perdón
Y que ahora, en vez de odio, se refugia en el dolor
oh señor, Dios del cielo, accede a mi torpe plegaria,
Quiero ver algún mañana en este oscuro laberinto,
Que recorro en solitario, sin saber por qué existo…
Quiero seguirte, ahora si, de tu mano en la mañana…
solo un poco; Ten paciencia por favor.
Elevo mi plegaria, este pequeño clamor
solicitando tu infinita indulgencia
abusando de tu tiempo, que está siempre ocupado,
quisiera reclamar un poco de tu atención;
No es que lo merezca, pero ten compasión
de este torpe hijo que se fue descarriado.
Me alejé de tus caminos de la mano de la soberbia
siguiendo al orgullo en su embelecada galera;
de toda tu luz y bondad me extravié en vil sordera
volviéndome solo un muñeco que ahora llora tu ausencia
¡Oh mi señor, no me desprecies, te lo ruego!
no te fijes en lo ciego que me volvió la vanidad…
Solo soy un tonto más que sedujo la oscuridad
para después de utilizarme, olvidarme en el fuego
no te acuerdes de mis dudas, ni lo poco que he luchado,
que mi fe siempre fue débil y de manos enfermizas,
y que el tinte de mi alma ya posee marcas cobrizas
de tanto acumular pecados en mi rumbo equivocado.
Recuerda, mi señor, que rezaba en las noches
de rodillas, en el suelo, en mi cuarto antes de dormir;
Escucha a este pecador que quiere dejar de sufrir
y en silencio está aguardando tus miles de reproches…
Oh señor, ten piedad, y regálame tu bendición
solo un poco, un trocito, y renueva mi corazón;
Soy solo un hombre pequeño que clama tu perdón
Y que ahora, en vez de odio, se refugia en el dolor
oh señor, Dios del cielo, accede a mi torpe plegaria,
Quiero ver algún mañana en este oscuro laberinto,
Que recorro en solitario, sin saber por qué existo…
Quiero seguirte, ahora si, de tu mano en la mañana…
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