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por Jesús Alexandro Miér Abr 14, 2010 12:33 pm14/04/2010
En los amigos, en las revistas, en los libros…
y en el INTERNET; buscando consejos y comidas; las mejores,
para una noche de loca pasión.
Por fin, tanto se había esperado para nuestro encuentro…y la cena tenia que ser perfecta, y esa me correspondía.
A ti te tocaba esperar al lado de las horas hasta el minuto destinado.
Yo…
En la mañana apurado, corriendo como loco buscando, comprando;
en toda tienda y mercado, cualquier comida y “mejumbre” afrodisiaco.
Tu…
Pensando, imaginando, Soñando, en cada instante y detalle de nuestra noche;
Feliz, impaciente, lujuriosa.
Y se me fue todo el día en preparar las comidas, tantas que no las pude contar.
Y se te fue toda la tarde en pláticas con el teléfono, no recuerdas con cuantas amigas te confesaste.
Ya en la noche:
Mis mejores ropas, un puñado de gel, y no podía faltar el perfume de feromonas que tanto me recomendaron.
Ya en la noche:
tu hermoso vestido le presumías al espejo (cuatro horas gastaste en escogerlo), tus joyas, y tu perfume en cuello, manos y piernas.
Por fin tocaste a mi puerta, entraste y una hermosa mesa te esperaba, con platos y manteles finos, -esa vela que daba poca luz te volvió loca-.
Brindamos…
y traje un sinfín de platillos, ensaladas y postres;
Empezamos por un exquisito aperitivo de frutas y semillas; frambuesa, manzana, plátano, nuez, con un poco de menta. Luego el plato fuerte: camarón, atún, ostión, aleta de tiburón. Y de postre chocolates y pasteles perfectamente seleccionados. Para terminar una fina cucharada de miel.
Te sorprendiste un poco como devoraba cada plato, tal vez por lo nervioso así comí (o por llenarme de vigor)
Me tuve que comer tu comida porque si apenas probaste un poco.
Y la noche pasó y pasó y pasó…
No recuerdo que mas paso porque de tanto comer me dio un sueño superlativo que hasta al medio día del siguiente desperté. Ni siquiera te despediste, no me pudiste despertar.
De aquella noche de pasión no hubo nada…
Yo me quedé con las ganas y tu frustrada.
Estuve tan mal al siguiente día y no fue por falta de pasión, si no por una fuerte indigestión.
En los amigos, en las revistas, en los libros…
y en el INTERNET; buscando consejos y comidas; las mejores,
para una noche de loca pasión.
Por fin, tanto se había esperado para nuestro encuentro…y la cena tenia que ser perfecta, y esa me correspondía.
A ti te tocaba esperar al lado de las horas hasta el minuto destinado.
Yo…
En la mañana apurado, corriendo como loco buscando, comprando;
en toda tienda y mercado, cualquier comida y “mejumbre” afrodisiaco.
Tu…
Pensando, imaginando, Soñando, en cada instante y detalle de nuestra noche;
Feliz, impaciente, lujuriosa.
Y se me fue todo el día en preparar las comidas, tantas que no las pude contar.
Y se te fue toda la tarde en pláticas con el teléfono, no recuerdas con cuantas amigas te confesaste.
Ya en la noche:
Mis mejores ropas, un puñado de gel, y no podía faltar el perfume de feromonas que tanto me recomendaron.
Ya en la noche:
tu hermoso vestido le presumías al espejo (cuatro horas gastaste en escogerlo), tus joyas, y tu perfume en cuello, manos y piernas.
Por fin tocaste a mi puerta, entraste y una hermosa mesa te esperaba, con platos y manteles finos, -esa vela que daba poca luz te volvió loca-.
Brindamos…
y traje un sinfín de platillos, ensaladas y postres;
Empezamos por un exquisito aperitivo de frutas y semillas; frambuesa, manzana, plátano, nuez, con un poco de menta. Luego el plato fuerte: camarón, atún, ostión, aleta de tiburón. Y de postre chocolates y pasteles perfectamente seleccionados. Para terminar una fina cucharada de miel.
Te sorprendiste un poco como devoraba cada plato, tal vez por lo nervioso así comí (o por llenarme de vigor)
Me tuve que comer tu comida porque si apenas probaste un poco.
Y la noche pasó y pasó y pasó…
No recuerdo que mas paso porque de tanto comer me dio un sueño superlativo que hasta al medio día del siguiente desperté. Ni siquiera te despediste, no me pudiste despertar.
De aquella noche de pasión no hubo nada…
Yo me quedé con las ganas y tu frustrada.
Estuve tan mal al siguiente día y no fue por falta de pasión, si no por una fuerte indigestión.
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