Me... (Me dejas...?)

Me…


Tú me dejas tirado aquí, mi Musa?
Doblegando pasión y mi reclamo?
Sólo vuelves a mí, si mi reparo
en tus pechos no diera compostura…
Si el amar tu perfil y arquitectura,
no blasonara no la noche, rara
perdido por tu imán y conjetura?
Todo idéntico a un viaje sin retorno…

No la noche expresa cuanto yo afirmo,
si demanda a tus pies todo mi Numen,
desafiando también si el Oro sueña,
ó campanada plata no restañe…
Dorado amanecer mi flor continua,
entre lajas dispuso mi corona
exceptuando no la noche claveles,
que la sombra en tu pelo no dispuso…

Retardando las horas me acobardo
si tu bella comarca y gentil muro,
anonada un pretil que sobrecalmo
la tonsura a tu imagen bienamada…
No es mi niño interior que sobrecoges,
de la perdida sombra de tu imagen
si dulzura a tu bien ya no es aciaga,
ni perdida la estrella de tu parque…

No has preguntado a mis ojos si rosas
ó crepúsculos fraguan tu perfume…
Si negra parsimonia de la noche,
no es arúspice del Sol que encadena:
si tus pies son ligeros comandantes
de risas, postergando tu mirada…
Ó si el eco en mi siembra fue tu clámide?
Por demás, ruiseñor en tu azalea…

No lo ciego derrama oscuridades
si la sombra a tu noche no se obstina,
para indómitos cantos desiguales
que la brisa a tu cárcel llama póstuma…
No mi sangre despierta en la morada
de tu alcurnia exhibiendo vanidades:
es la noble intuición que te descara,
si la ruina a mi vértigo pronombra…

De tu gusto, no olvidas las memorias,
que cárcel lecho fue, otras Historias…


Alejandro Rodrigo Flagel



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