Tornasolada...

Tornasolada…


Tornasolada amante mujer bella,
Bésame con oprobio de tus fauces,
Bésame ya en la muerte de aquél beso,
Timonel suspirado de falena,
Cázame con el frío de tus labios…
Constante sin razón de mi regreso,
Puebla un lirio clavel de tu hermosura,
Hacia el labio de miel me vuelves preso…

Redunda en tu color lasciva simple,
Ejecutando el arte de las flores
Por consonancia núbil de tu arte,
Y estrechura barroca de tu boca
Ornamento de música y silencio,
Puebla el habla la lira de tu boca
Prescindiendo del verso sin la música,
Que tu cuerpo ha negado en la escultura…

Débil de contraer la cercanía
Que el agua de tu cuerpo me aproxima,
Y en cuál desmesurados extasíos,
Toma tu palma única la fruta
Del Oasis el viento me madura…
Tus pies húmedo oro en las estrellas,
No comanda lo ciego de la noche:
Y el azul postergado te anticipa!

La premura, tus castos ojos claros,
En el corazón puro de la noche
Besaron claridades doblegadas,
Albas y ya perdidas madrugadas…
El oro que se ve tras las cortinas,
Puebla el ocaso bello de tus ojos
Y la mirada última destina,
El nervio que los sueños precipitan…

Tornasolada embísteme la noche,
Para pasivos pasos que corrieran
Y en palios de sudor no socorrieran,
Distantes sombras bellas en lo oscuro…
Para volar al eco de tu claro,
No claridades-sombras se percatan
Y en tu destello Olimpo no la noche,
Descubre el alto amor de las deidades…

Tornasolada amante mujer bella,
Bésame con oprobio de tus fauces,
Bésame ya en la muerte de aquél beso,
Timonel suspirado de falena,
Cázame con el frío de tus labios…
Constante sin razón de mi regreso,
Puebla un lirio clavel de tu hermosura,
Hacia el labio de miel me vuelves preso…

Redunda en tu color lasciva simple,
Ejecutando el arte de las flores
Por consonancia núbil de tu arte,
Y estrechura barroca de tu boca
Ornamento de música y silencio,
Puebla el habla la lira de tu boca
Prescindiendo del verso sin la música,
Que tu cuerpo ha negado en la escultura…

Débil de contraer la cercanía
Que el agua de tu cuerpo me aproxima,
Y en cuál desmesurados extasíos,
Toma tu palma única la fruta
Del Oasis el viento me madura…
Tus pies húmedo oro en las estrellas,
No comanda lo ciego de la noche:
Y el azul postergado te anticipa!

La premura, tus castos ojos claros,
En el corazón puro de la noche
Besaron claridades doblegadas,
Albas y ya perdidas madrugadas…
El oro que se ve tras las cortinas,
Puebla el ocaso bello de tus ojos
Y la mirada última destina,
El nervio que los sueños precipitan…

Deslumbra de lo claro soledades,
Princesa que lo bello ya no evades…


Alejandro Rodrigo Flagel



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