UNIÓN
Se cobijaron a las sombras de las siete de la noche en las arcas del otoño que declinaba,dejando en el recuerdo del ayer el Instituto superior tecnológico y las tediosas estancias en el salón de clases,esperando que algún profesor,que bostezando o cansado ingresara al cuadrante solo a cumplir con su trabajo.Cahuana había ganado,cuando deslizó la palma de su diestra sobre la siniestra de Lizbeth;la esquina de Tacna y Huancavelica los unía,decían casi al unísono,en palabras pusadas no articuladas: hasta que las muerte nos separe;no se imginaban que era las siete de la noche y que estaban a espaldas a de un templo que cobijaba la imagen de un Cristo milagroso,a quien muy bien habrían pedido una bendición para que nunca se produjera una separación,a ella le era igual,a él lo que le importaba y complacía era que se había convertido en un triunfador...
ELLA MORIRÁ
En el momento en que Dandy escuchó aullidos de tres perros en la lejanía,punzantes como desgarrando el velo oscuro de las doce de la noche,comprendió que en el cuarto donde se cobijaba con su mujer y su pequeña hija,que alguien moriría en ese interior,como si fuera ella,Elizabeth,a quien la había deslumbrado con sus abstinencias monacles,hace dos años atrás.
Soñaba entre pausados intervalos: idealmente se vestía de sacerdote,caminando en esos estados oníricos con una túnica negra,con las manos juntas en un rezo permanente,la aureola revestía la parte superior de su testa con un oro deslumbrante...Bebía "Inca Kola"
Perturbado y asustado se despertaba preguntándose: ¿Quién morirá?
Allí estaba la silla,el aullido en trío se hacía monótono,desgarrador y triste...En esa silla,sentada con vestimenta blanca transparente estaba Liz,tosiendo en cuarteto interminable con los canes,fuerte,intenso.Arrojaba sangre por la boca.
-¡Tal vez ella...ella!
Y ya no podía más,despertarse no podía,su vocación sacerdotal,aparejado con él no lo permitía,atado a la vestimenta negra de sacerdote en cautiverio era una mortaja perenne...
En otros sueños,caminaba en la noche de verano como despidiendo un siglo de esclavitud con el sacerdocio de su vida;quería llorar en esos sueños malhadados,despertarse y auxiliar a la tísica que se descomponía arrojando sangre a raudales por esa boca que en existencia lejana,él los saboreó con besos de enamorado eterno.
Bruscamente,la vigilia lo acompañaba...Balbuceaba:
-Ella morirá,ella...
SEPARACIÓN
Triunfador de una desgracia de tres vidas truncadas,llevados por el laberinto del viento del "Niño",el calor de aguijones avispas,encontró a Cahuana rumiando su desgracia.Su mujer le había dicho me voy y me llevo a mi hija,para eso trabajé dos meses en "Camacho",en casa de esa vieja que la plata le apesta al igual que la mierda,tengo para mi pasaje y una estancia de un mes en Andahuaylas,luego veré como hago más adelante.
-¿Y...yo que hago?
Sus labios gruesos y su mandíbula recia parecían desaparecer de espesor,para convertirse en remedos de grotescas caricaturas de un cadáver en lapidado por un año de muerto.
-¡Seguir trabajando,pues!
La delgadez premonitoria de Liz se regocijaba en desaparecer a ojos vista del pasado y jugarse en adelante en un halo de aventuras,tal cual pintado en círculo vivificante.
-Tú sabes que mi contrato de trabajo remodelando los parques de Lima termina pasado mañana,justo el día que quieres partir.
Pensamiento de universo de parques verdosos en su mente que ya no los vería como suyo sino ajeno.
-Sólo te pido cien soles al mes,mediante un giro.
El verdor interminable de campos cultivados,colegían al de la urbe,que se recostaba un poco más allá del Océano Pacífico;heterogéneos calcos llevados a dos nostalgias que anidosos,desprendidos,se confinaban lejos uno del otro.Golondrinas agoreras eclipsaron el pensamiento de Cahuana,cuando una tos minúscula,de un segundo en el minutero de su reloj,hicieron fenecer su cólera y sintió lástima,más aún cuando su tímpano se quebró por un débil y claro adiós,desencajado de los labios de su mujer.Esa cólera extraña,acompañada de una angustia en su garganta,que comenzó cuando Liz espumó un beso de "buenas noches",hace exactamente dos meses,cedieron a la lástima por el carro del adiós;se sintió solo,sin siquera con el recuerdo del pasado,o de ese lejanísimo compenetro de miradas,previo al del romance de noches abrilescas y mayescas.
MOVS 2020
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Se cobijaron a las sombras de las siete de la noche en las arcas del otoño que declinaba,dejando en el recuerdo del ayer el Instituto superior tecnológico y las tediosas estancias en el salón de clases,esperando que algún profesor,que bostezando o cansado ingresara al cuadrante solo a cumplir con su trabajo.Cahuana había ganado,cuando deslizó la palma de su diestra sobre la siniestra de Lizbeth;la esquina de Tacna y Huancavelica los unía,decían casi al unísono,en palabras pusadas no articuladas: hasta que las muerte nos separe;no se imginaban que era las siete de la noche y que estaban a espaldas a de un templo que cobijaba la imagen de un Cristo milagroso,a quien muy bien habrían pedido una bendición para que nunca se produjera una separación,a ella le era igual,a él lo que le importaba y complacía era que se había convertido en un triunfador...
ELLA MORIRÁ
En el momento en que Dandy escuchó aullidos de tres perros en la lejanía,punzantes como desgarrando el velo oscuro de las doce de la noche,comprendió que en el cuarto donde se cobijaba con su mujer y su pequeña hija,que alguien moriría en ese interior,como si fuera ella,Elizabeth,a quien la había deslumbrado con sus abstinencias monacles,hace dos años atrás.
Soñaba entre pausados intervalos: idealmente se vestía de sacerdote,caminando en esos estados oníricos con una túnica negra,con las manos juntas en un rezo permanente,la aureola revestía la parte superior de su testa con un oro deslumbrante...Bebía "Inca Kola"
Perturbado y asustado se despertaba preguntándose: ¿Quién morirá?
Allí estaba la silla,el aullido en trío se hacía monótono,desgarrador y triste...En esa silla,sentada con vestimenta blanca transparente estaba Liz,tosiendo en cuarteto interminable con los canes,fuerte,intenso.Arrojaba sangre por la boca.
-¡Tal vez ella...ella!
Y ya no podía más,despertarse no podía,su vocación sacerdotal,aparejado con él no lo permitía,atado a la vestimenta negra de sacerdote en cautiverio era una mortaja perenne...
En otros sueños,caminaba en la noche de verano como despidiendo un siglo de esclavitud con el sacerdocio de su vida;quería llorar en esos sueños malhadados,despertarse y auxiliar a la tísica que se descomponía arrojando sangre a raudales por esa boca que en existencia lejana,él los saboreó con besos de enamorado eterno.
Bruscamente,la vigilia lo acompañaba...Balbuceaba:
-Ella morirá,ella...
SEPARACIÓN
Triunfador de una desgracia de tres vidas truncadas,llevados por el laberinto del viento del "Niño",el calor de aguijones avispas,encontró a Cahuana rumiando su desgracia.Su mujer le había dicho me voy y me llevo a mi hija,para eso trabajé dos meses en "Camacho",en casa de esa vieja que la plata le apesta al igual que la mierda,tengo para mi pasaje y una estancia de un mes en Andahuaylas,luego veré como hago más adelante.
-¿Y...yo que hago?
Sus labios gruesos y su mandíbula recia parecían desaparecer de espesor,para convertirse en remedos de grotescas caricaturas de un cadáver en lapidado por un año de muerto.
-¡Seguir trabajando,pues!
La delgadez premonitoria de Liz se regocijaba en desaparecer a ojos vista del pasado y jugarse en adelante en un halo de aventuras,tal cual pintado en círculo vivificante.
-Tú sabes que mi contrato de trabajo remodelando los parques de Lima termina pasado mañana,justo el día que quieres partir.
Pensamiento de universo de parques verdosos en su mente que ya no los vería como suyo sino ajeno.
-Sólo te pido cien soles al mes,mediante un giro.
El verdor interminable de campos cultivados,colegían al de la urbe,que se recostaba un poco más allá del Océano Pacífico;heterogéneos calcos llevados a dos nostalgias que anidosos,desprendidos,se confinaban lejos uno del otro.Golondrinas agoreras eclipsaron el pensamiento de Cahuana,cuando una tos minúscula,de un segundo en el minutero de su reloj,hicieron fenecer su cólera y sintió lástima,más aún cuando su tímpano se quebró por un débil y claro adiós,desencajado de los labios de su mujer.Esa cólera extraña,acompañada de una angustia en su garganta,que comenzó cuando Liz espumó un beso de "buenas noches",hace exactamente dos meses,cedieron a la lástima por el carro del adiós;se sintió solo,sin siquera con el recuerdo del pasado,o de ese lejanísimo compenetro de miradas,previo al del romance de noches abrilescas y mayescas.
MOVS 2020
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