Elogio del marino

Elogio del marino


Tras nubes tempestuosas, la barcaza
se fue a pique, mientras aun el náufrago,
con sed de alba fue, hacia el Oeste
desahuciado nadó, hasta que fuerzas
casi lo abandonaron de su cuerpo
Cuando llegó a la orilla desplomóse,
y en las piedras tendió su cuerpo herido.
Estuvo unos instantes inconsciente,
hasta que pudo ver, la nueva tierra
Pudo, en el horizonte, apreciar,
la extensión que encontró, de su naufragio.
Pudo admirar el monte, luego el Oro,
desde el monte brillaba sin recelo:
entonces, fue por agua; a alimentarse...