Ooh Musa, oh Nereida!

Ooh Musa, oh Nereida!

Como la primer mañana, en tus brazos, Serena,
templado mi ruego, do hundes y nadas,
tan rutilante el apremio en tu fuego, Sirena,
cual vate que oprobia candil donde evadas,
ya la sombra del agua, del mar que rutila,
adosando con neutra esmeralda, tus ojos:
verde sombra brillante, de mar que destila,
ya la frente del agua, y en mis albas, abrojos…

Ooh, Náyade, imprime, tatuando mis labios,
espuma marina del alba que cede,
ó presta mancilla de robo que agrede,
Milagros sutiles, del mar en tus labios…
Ooh, labios de Musa, de candiles, plata
enuncio si llueve, de sombras retrata,
el tamo que alude, cantiles de plata,
por cuanto, mi sombra, amanece, escarlata…

Ooh apremio de Ninfa, de nudo agorero!
Tan roto cabestro, de cima, de leño!
Por cuanto tu apremio de rostro primero,
es sombra de océano, y mares, empeño…!
Dosel que aproxima deleites y goces,
truncados, febriles, desnudos aceros
de labios postreros, y sombras atroces,
de verte, Sirena, de mundos braceros…!

Sonidos atlantes, y nuncios candores,
plegarias de amores, en trastos arrieros!
Lujuria en el páramo, de Soles y esteros,
Trabajos febriles, de sombra y motores…!
Tan lenta mi arpa, en ti, golondrina!
enuncio claveles, y naces, despierta,
terribles tus alas, y labios alerta
de sombras reparas, destellos, endrina!

Destello del alba, heraldos y mares!
Jocosos arpegios, buriles, demandas!
Tan süave la Orquídea, platina juglares,
de sorbos de Cielo, y sombras desnudas…
Pretil de mi órgano, heraldo sombrío,
que apena en lo raudo, gentil de mi frío,
palafrén de brocado, sombra y amorío
trocado en Sirena, nuncio albor, y mío!

Nenúfar de Oro, jazmín de proeza,
jacinto embriagado de sutil belleza…