Perdida en mi reclamo...

Perdida en mi reclamo…

Embiste, solitaria, el jocoso numen,
que gallardía tronara en desnudez
y afirme tu mirada, nevada de tu prez
aleve finitud, del mar enamorada,
ó cual concibe, justa miel, en intonso légamo,
desnuda, la altivez, del resguardo forastero…
En la inclemencia sosegada, de amor,
es escondida tu flor: cual instante enamorada…

Oooh, …sólo resisto tu mirada sublime,
por coronar instantes encubiertos de rosa,
por cuyo afán, es el instante, al juicio, melindrosa
jungla de amar, el torcido imán, que nunca estime,
cual arriero Sultán, de boca que te imprime,
el Coloso desmán, del solícito venado:
por aleve despido enamorado, de su sombra
en altivez de cuello, nevado en soliloquio…

Intonsa miel resiste tu cabello, Oh desnuda
en penetrante descabello, torcida de la gualda
simetría que perfuma tus pies en la alameda…
Ó cual gallarda acequia, invertida en tu nevada,
prisión de emblema, aletargada, en solícita rueda
milenaria; en la voz del delicioso pezón cual araucaria,
su mudez implora de la nieve, caduco élitro veloz,
por si la rueda, en distinta tronada, fuera a imitarte…

Tus piernas, embellecidas de la fauna decorosa,
nevadas en pulcritud, sola belleza,
distinta da de neón frágil bateada,
por conglomerar una sorpresa:
ya endeble suspiro si igualada,
en pura fruición, desboque de Selena,
arbitriaria, cual el desmán unívoco, pelambre,
de tu juiciosa boca, en la sombra de la nieve…

Por endeble turquesa, va, si de ósculo no fuera
la voluntad guerrera de la flor, en cuya amarra
no la colmena tatuada de Misterio, blasonara
la condena: que otro veloz incinerario,
tronara de tu amor, la rúbrica esmeralda,
cual concierto de amor entre tu falda:
en otra boca abriera su guirnalda,
latido, si de mella se ofuscara así la gema…

Bandera veloz el viento amara, en otro sainete herido,
si la flauta de tu albor, ha presumido…