Para Érica:
Mi Primavera!
Mi primera Primavera, mi primer verso de amor
juntos, en el dolor, de sobrevivir, cautivos,
adolescente feroz, que buscó nuevos motivos
en el imán de tu beso, beso vano de flor!
Mi primera Primavera, mi sorda miel me enajena
cuando doblan las campanas, a mi respingo: tu Voz,
en el dulce y solitario, sueño calmo, hasta vos,
mi dulce ó fea Princesa, que lo hermoso haces de buena…
Mi dulce ó vana Quimera, que mi rostro dilatado
en el doblez de tu cuna, suena albedrío turgente:
de mi voz, solamente: en otra espada enramado,
por el cortés de tu labio, de tu labio refulgente!
Mi joven de sombra quema: a mi fútil principio,
por el dosel mi resquicio, vuelve prado tu son:
ó vanagloria de Amor, en otro calmo tesón,
a mi Dulce Primavera, sueña calmo respiro…
Contundente, amalgamada: de sonrisas en lo Alto,
por demás, cual chapiteles, que recogen lo estanciero
de tu sombra al minutero, de tu Obra de bien, salto
a mi hondo precipicio, el lugar de mi aguacero…
Mi primera Primavera: mi semblante en la mirada,
cual ubicua canallada, en el borde de milicia,
sustentando tu caricia, en el fondo de mi Amada,
conteniendo a mi Letrada, altivez, sorda delicia…
En Pretérito, adormezco, el presente va de mano,
conteniendo febril, cano, el vulgar asomo exhalo,
Mi lumbrera hasta tu mano, que me extiendes sobre el halo
mi conforme candileja, más prudente, del Verano!
No hay tenor en la discordia, de tu risa de mi amparo
fehaciente de mis lunas, contendiendo, loco, avaro,
la mirada de mi mano, sobre tu mano propicia,
conteniendo la delicia, de tu boca de novicia…
Hazte Oro, en miel arrime, que no valgo perorata
de la sombra que me acata, en el astro circundante:
cual la sombra que me Cante, en el rostro de una gata,
de maullido sempiterno, en el fondo de mi guante…!
No hay silencio, no hay huida, de lo noble que no quita
la solemne y ya sucinta, voz del harpa, de la brisa,
hasta verme, mi Nodriza, en el alba, rostro excita,
de tu sombra que me habita, cual cordel de luz de tiza…
Hazte vuelo, Ooh hazte sueño, que mi pulso me converge
latitudes y diverge, de la risa de tus párpados
cual desnudos aleteos, de los pájaros mundanos,
en el arte de tu risa, de mi verbo en el que emerge…
Mi doncella, manantiales, que tu boca, a raudales,
por el soplo de mi quilla, a Estrimón, solemnemente
hace el arca del tesoro, que mi boca, amargamente,
sosteniendo mi prurito, hace celo de tus males…
Para oír en la estridencia, de las cuitas del arrobo,
las sinergias van a prisa, para ser caudal del Arte
en la prisa de Soñarte, un perfume, que, al mirarte,
vanagloria de tu plectro, vuelve altura de mi arrobo,
cual sutil embaucamiento, la prisión de mi arte a premio
de la brisa en tus mejillas, y del rostro de mi apremio,
por besar la buhardilla, distinguida en pajonales,
buganvilla entre gaviotas, merodeando los panales…
De primeras Primaveras, fuiste siempre la Mejor,
en el único deseo, que mi pluma no combate
en el arte a mi acicate, de silencio, vaga Flor,
que mi risa merodee, al compás que me rebate…
Fuiste y eres la primera, ó el primer labio de amor,
que mi beso en vana flor, distinguido ha colapsado
en el arte enamorado, de besar distinta flor,
de cadencias ó laureles, ó de albahacas y un arado…
Fue sainete, en la vertiente, por mis labios, deslumbrada,
mi prisión emancipada, de una rosa enamorada…
Mi Primavera!
Mi primera Primavera, mi primer verso de amor
juntos, en el dolor, de sobrevivir, cautivos,
adolescente feroz, que buscó nuevos motivos
en el imán de tu beso, beso vano de flor!
Mi primera Primavera, mi sorda miel me enajena
cuando doblan las campanas, a mi respingo: tu Voz,
en el dulce y solitario, sueño calmo, hasta vos,
mi dulce ó fea Princesa, que lo hermoso haces de buena…
Mi dulce ó vana Quimera, que mi rostro dilatado
en el doblez de tu cuna, suena albedrío turgente:
de mi voz, solamente: en otra espada enramado,
por el cortés de tu labio, de tu labio refulgente!
Mi joven de sombra quema: a mi fútil principio,
por el dosel mi resquicio, vuelve prado tu son:
ó vanagloria de Amor, en otro calmo tesón,
a mi Dulce Primavera, sueña calmo respiro…
Contundente, amalgamada: de sonrisas en lo Alto,
por demás, cual chapiteles, que recogen lo estanciero
de tu sombra al minutero, de tu Obra de bien, salto
a mi hondo precipicio, el lugar de mi aguacero…
Mi primera Primavera: mi semblante en la mirada,
cual ubicua canallada, en el borde de milicia,
sustentando tu caricia, en el fondo de mi Amada,
conteniendo a mi Letrada, altivez, sorda delicia…
En Pretérito, adormezco, el presente va de mano,
conteniendo febril, cano, el vulgar asomo exhalo,
Mi lumbrera hasta tu mano, que me extiendes sobre el halo
mi conforme candileja, más prudente, del Verano!
No hay tenor en la discordia, de tu risa de mi amparo
fehaciente de mis lunas, contendiendo, loco, avaro,
la mirada de mi mano, sobre tu mano propicia,
conteniendo la delicia, de tu boca de novicia…
Hazte Oro, en miel arrime, que no valgo perorata
de la sombra que me acata, en el astro circundante:
cual la sombra que me Cante, en el rostro de una gata,
de maullido sempiterno, en el fondo de mi guante…!
No hay silencio, no hay huida, de lo noble que no quita
la solemne y ya sucinta, voz del harpa, de la brisa,
hasta verme, mi Nodriza, en el alba, rostro excita,
de tu sombra que me habita, cual cordel de luz de tiza…
Hazte vuelo, Ooh hazte sueño, que mi pulso me converge
latitudes y diverge, de la risa de tus párpados
cual desnudos aleteos, de los pájaros mundanos,
en el arte de tu risa, de mi verbo en el que emerge…
Mi doncella, manantiales, que tu boca, a raudales,
por el soplo de mi quilla, a Estrimón, solemnemente
hace el arca del tesoro, que mi boca, amargamente,
sosteniendo mi prurito, hace celo de tus males…
Para oír en la estridencia, de las cuitas del arrobo,
las sinergias van a prisa, para ser caudal del Arte
en la prisa de Soñarte, un perfume, que, al mirarte,
vanagloria de tu plectro, vuelve altura de mi arrobo,
cual sutil embaucamiento, la prisión de mi arte a premio
de la brisa en tus mejillas, y del rostro de mi apremio,
por besar la buhardilla, distinguida en pajonales,
buganvilla entre gaviotas, merodeando los panales…
De primeras Primaveras, fuiste siempre la Mejor,
en el único deseo, que mi pluma no combate
en el arte a mi acicate, de silencio, vaga Flor,
que mi risa merodee, al compás que me rebate…
Fuiste y eres la primera, ó el primer labio de amor,
que mi beso en vana flor, distinguido ha colapsado
en el arte enamorado, de besar distinta flor,
de cadencias ó laureles, ó de albahacas y un arado…
Fue sainete, en la vertiente, por mis labios, deslumbrada,
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