La miel de tu boca
Labio que penetra el mar, y no sofoca
desnudo el lienzo, el palio que anochece,
la cumbre de la hiel, distante de tu boca
que muda y sueña cruel, y que acontece…
Desnudo lienzo de mar, junto a tu roca
desnudo el palio, que amanece en tu llamado,
carencia que vuelve y reluce en el estrado,
vertiginosa miel, intensa, de tu boca…
Labio que ponderoso, asesta con su nido:
el nido de tus labios, al que me anido,
vertiginosa miel de su mar prohibido,
en boca y laurel, sustancia del latido…
Orilla de tu verso, el manantial en calma,
de mi mundo y anverso, del sueño de mi habla,
contigo y en tu boca, el labio que es tan niebla
que busca en mi reparo, el goce de mi alma…
Los labios de tu boca: el mar que no concibe,
la huella de tus labios, que otro mar inhibe,
en otras bocas, sello, del labio que proscribe,
mis labios en tu sello, mi huella que te escribe…
El mar de mis dos labios, en tus labios querella,
en mundos que avasallan, de tu boca tan bella:
contornos no franqueados, de mi sonido, estrella
de tus labios amantes, de bocas que adoncella…
Y es conmigo Páramo, de tu labio que insiste,
jocundo pero en vano, mi labio no recibe:
en otra boca, suelo, de mi labio que inhibe
el beso de tus labios, que tu boca me embiste…
Ya labios con aplomo, con lauros que regresan,
desde tus mares calmos, mi sombra a la Pavesa,
de ser contigo un ángel, que con tus labios, besa,
sumidos en tus algas, mis noches que se apresan…
Asestas con tu labio, el labio que decide
volver hasta tu beso, de labio que proscribe:
de mi remate prueba, el labio que subleva,
contornos a mis besos, que de tu boca, lleva…
Contino, ningún párpado, en noche no liviana,
encima mi llamado, de cumbre, de mi laja,
en otro palio, beso, de nieve que destaja,
la sombra a mis dos besos, de labios de mañana…
Tu boca es otro sello, donde la miel reside
en otro calmo asesto, de música temprana:
y de tu boca asedio, la música no vana,
que en mis bocas atrevo, si de tus labios, pide…
El oro que fecundas, de entre la miel derribe
en otro claustro anego, la miel que ya me incita,
de tus labios amantes, de tu cuerpo que invita,
tus labios no mediante, de mi boca que arribe…
Buscas en otro sello, el oro, miel liviana,
que el beso de tu cuerpo, en otra miel, emana…
Labio que penetra el mar, y no sofoca
desnudo el lienzo, el palio que anochece,
la cumbre de la hiel, distante de tu boca
que muda y sueña cruel, y que acontece…
Desnudo lienzo de mar, junto a tu roca
desnudo el palio, que amanece en tu llamado,
carencia que vuelve y reluce en el estrado,
vertiginosa miel, intensa, de tu boca…
Labio que ponderoso, asesta con su nido:
el nido de tus labios, al que me anido,
vertiginosa miel de su mar prohibido,
en boca y laurel, sustancia del latido…
Orilla de tu verso, el manantial en calma,
de mi mundo y anverso, del sueño de mi habla,
contigo y en tu boca, el labio que es tan niebla
que busca en mi reparo, el goce de mi alma…
Los labios de tu boca: el mar que no concibe,
la huella de tus labios, que otro mar inhibe,
en otras bocas, sello, del labio que proscribe,
mis labios en tu sello, mi huella que te escribe…
El mar de mis dos labios, en tus labios querella,
en mundos que avasallan, de tu boca tan bella:
contornos no franqueados, de mi sonido, estrella
de tus labios amantes, de bocas que adoncella…
Y es conmigo Páramo, de tu labio que insiste,
jocundo pero en vano, mi labio no recibe:
en otra boca, suelo, de mi labio que inhibe
el beso de tus labios, que tu boca me embiste…
Ya labios con aplomo, con lauros que regresan,
desde tus mares calmos, mi sombra a la Pavesa,
de ser contigo un ángel, que con tus labios, besa,
sumidos en tus algas, mis noches que se apresan…
Asestas con tu labio, el labio que decide
volver hasta tu beso, de labio que proscribe:
de mi remate prueba, el labio que subleva,
contornos a mis besos, que de tu boca, lleva…
Contino, ningún párpado, en noche no liviana,
encima mi llamado, de cumbre, de mi laja,
en otro palio, beso, de nieve que destaja,
la sombra a mis dos besos, de labios de mañana…
Tu boca es otro sello, donde la miel reside
en otro calmo asesto, de música temprana:
y de tu boca asedio, la música no vana,
que en mis bocas atrevo, si de tus labios, pide…
El oro que fecundas, de entre la miel derribe
en otro claustro anego, la miel que ya me incita,
de tus labios amantes, de tu cuerpo que invita,
tus labios no mediante, de mi boca que arribe…
Buscas en otro sello, el oro, miel liviana,
que el beso de tu cuerpo, en otra miel, emana…
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