De tu inspiración, espira en la tormenta…
Afloro en el coro salvaje de mi melancolía,
en el oro de fuego, helando solos buches,
cual aves, que en heraldo, son ardientes noches
y en recíprocas mañanas, hunden sombra, demolía…
Arte, prisión en cuanto al crepúsculo doloso,
imparte nieve, de fecundo ardor, si viaja
el vítreo clan de sordo vuelo, si trabaja,
el arte, en el furor cual ciega cauteloso…
En sombras de fuego y de tormenta desafïada
müere la mirada; en otro arte menor, y casi alada
pantomima que al sudor, es vuelo si de arte
confrontación helada bosqueja en mustio verde,
cual ave que va a morir al Cielo; y todo lo pïerde:
si del mar, el rojo cedro de tu vuelo espuma al darte
el otro trazo de neón, de aquella noche, va a mentirme,
un Sueño de voces que llevan en el pecho aquél rendirme…
Cual ave lleva en su viaje, todo el Vuelo,
desafío de Tormenta, a costa de mi sueño,
otro imán sediento, en otro clan pelea el suelo
comarca nívea de Sol, de sol, de lirio y dueño:
Todo el arte de morar el soplo, el arte tienta,
la risa del verdor, el bosque multiplica,
asir, de toda mella aquel sulfuro implica
el lazo que provee el sueño cual atenta…
Con el arte que desafía del océano su cauce hasta la Tierra,
en otro vasto pudor, que se alimenta
del solo claro oscuro que sustenta
la efigie de ilusión: ya no soporta
la mimética de su idéntico blasón, que aún destierra…
Otro claro: otro sol anida con la tarde,
si el sol anida, el vuelo de las aves,
comanda el lirio que se atreve: nidos suaves
y torcazas; otros goces, otras artimañas, retarde
la libertad comandada en espurio viaje,
al azar, invertido en el sollozo: sólo mueva
el dolor la rosa que no pierde su aroma,
sólo alimenta al gordo león, el nuevo traje…
Temido y claro de su asombro, lento atrae, la doncella,
el otro cierto cuento de prístino amor, y sólida elocuencia
que la voz mata y el hombre ciñe en su estandarte de ciega turpitud
ensimismado en la tarea de procrear,
otro tramo que cruento pasëar, en núbil arco
se suspende de su caro, invertebrado dolor
que sesga en su roto flanco ya perpetua esquina doliente…
Cual sueño dilatado en occidente claro, u otro rojo pudor…
Oh, lo que te inspira, para blandir el Sueño,
el arte lo retira, para captar mi empeño...
Afloro en el coro salvaje de mi melancolía,
en el oro de fuego, helando solos buches,
cual aves, que en heraldo, son ardientes noches
y en recíprocas mañanas, hunden sombra, demolía…
Arte, prisión en cuanto al crepúsculo doloso,
imparte nieve, de fecundo ardor, si viaja
el vítreo clan de sordo vuelo, si trabaja,
el arte, en el furor cual ciega cauteloso…
En sombras de fuego y de tormenta desafïada
müere la mirada; en otro arte menor, y casi alada
pantomima que al sudor, es vuelo si de arte
confrontación helada bosqueja en mustio verde,
cual ave que va a morir al Cielo; y todo lo pïerde:
si del mar, el rojo cedro de tu vuelo espuma al darte
el otro trazo de neón, de aquella noche, va a mentirme,
un Sueño de voces que llevan en el pecho aquél rendirme…
Cual ave lleva en su viaje, todo el Vuelo,
desafío de Tormenta, a costa de mi sueño,
otro imán sediento, en otro clan pelea el suelo
comarca nívea de Sol, de sol, de lirio y dueño:
Todo el arte de morar el soplo, el arte tienta,
la risa del verdor, el bosque multiplica,
asir, de toda mella aquel sulfuro implica
el lazo que provee el sueño cual atenta…
Con el arte que desafía del océano su cauce hasta la Tierra,
en otro vasto pudor, que se alimenta
del solo claro oscuro que sustenta
la efigie de ilusión: ya no soporta
la mimética de su idéntico blasón, que aún destierra…
Otro claro: otro sol anida con la tarde,
si el sol anida, el vuelo de las aves,
comanda el lirio que se atreve: nidos suaves
y torcazas; otros goces, otras artimañas, retarde
la libertad comandada en espurio viaje,
al azar, invertido en el sollozo: sólo mueva
el dolor la rosa que no pierde su aroma,
sólo alimenta al gordo león, el nuevo traje…
Temido y claro de su asombro, lento atrae, la doncella,
el otro cierto cuento de prístino amor, y sólida elocuencia
que la voz mata y el hombre ciñe en su estandarte de ciega turpitud
ensimismado en la tarea de procrear,
otro tramo que cruento pasëar, en núbil arco
se suspende de su caro, invertebrado dolor
que sesga en su roto flanco ya perpetua esquina doliente…
Cual sueño dilatado en occidente claro, u otro rojo pudor…
Oh, lo que te inspira, para blandir el Sueño,
el arte lo retira, para captar mi empeño...
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