A la luz de la palabra
A la luz, de la palabra, se ha forjado mi destino
caminante del camino, que su camino atropella;
oro y fuente de candiles, fueron bornes en su mella,
aliciente de venablos, de mi amor, al que imagino.
Forjan cándidos albores, incipientes, de tu mano,
donde el sórdido verano, arroja sus desamores;
pulcras ánimas de flores, y constancias desgano:
la palabra de mi hermano, puebla todos los valores…
A la luz de la palabra, fueron hechas mis labores
arrojos, que sin botella, a la mar contenta y brisa,
en un ánimo desliza, y el sepulcro arraiga en flores,
consonantes de los amores, que mi firma escandaliza…
Fueron hechas mis labores, concertando una promesa:
distinguiendo de la azada, y el candil de la pavesa,
en el roble luego amara, prescindiendo la pobreza,
de mi amor, cual la belleza, aletargando dolores…
Fueron ánimos de sombra, fue mi luz contra la endecha:
fue la cumbre de tu mano, con el cantil deshecha,
la palabra de tu ruina, con apogeo en mi guitarra,
fueron ánimos de sombra, sobre los cantos, tu garra…
Fueron luces que sorteen, fueron llanos, fueron lágrimas
son candentes mis disparos, en la bruma, tan lejano
la distancia de tu mano, en otro robre me ufano,
ya la lágrima en acecho, con el correr de mis rimas…
A la luz de la palabra: fue Canción ecuménica,
distancia en el pedregullo, y canción académica,
de la hueste de mi nombre, en otro delirio, presa
canción del llano a turquesa, de mi delirio de fresa…
Fue Canción y fue mirada, fueron salmos de tus lares,
consonando los lugares, que mi sombra en una recta,
fue danzando en la menta, de la luna de tus mares,
oteändo los lugares, de mi asomo, insurrecta.
Garcilazo toma mares, y en distancias, Almafuerte,
apadronando la gente, de sus buriles infecta:
galardonando Neruda, a Shakespeare fuerte,
en sus tardes, ya Sor Juana, enseñaría tu recta:
de esotras nimiedades, su coro lascivo Góngora,
fue cantando las deidades, de sus mieles, de su néctar:
así la Trova Divina, ya los poetas de ahora,
fueron gente de inspirada, lección que estima impactar:
La luz de un poema vibra, la pluma en torno se hace,
pronuncia desvelo tardío, y besos contigo nace:
en otra sombra divina, tu amor gemelo te incita,
deslumbre tu canto grita, corazón, quiero Volar!
Palabra de mi verano, pasión designa y evita,
tristezas de tu suspirar, apasionadas de mar…!
Mi voz urge tu verano, con el dominio lo intentas,
galardonando la menta, y la frescura asientas…
Cae invicta de tu pluma, la palabra que tú hesitas,
la marmórea cuna devota, que tus labios, promueven
galanteando de la nieve, tu dulce frescura mueven,
sorteändo la palabra, tu frescura no quitas:
El vuelo de tu Guitarra, galanteando sombra evade,
el suspiro de la tarde, entonando tu sortija:
ya distancia de tu Canto: inscribe mar, y, prolija,
bucea en el vuelo el océano, que el aire tu flor, persuade…
A la luz, de la palabra, se ha forjado mi destino
caminante del camino, que su camino atropella;
oro y fuente de candiles, fueron bornes en su mella,
aliciente de venablos, de mi amor, al que imagino.
Forjan cándidos albores, incipientes, de tu mano,
donde el sórdido verano, arroja sus desamores;
pulcras ánimas de flores, y constancias desgano:
la palabra de mi hermano, puebla todos los valores…
A la luz, de la palabra, se ha forjado mi destino
caminante del camino, que su camino atropella;
oro y fuente de candiles, fueron bornes en su mella,
aliciente de venablos, de mi amor, al que imagino.
Forjan cándidos albores, incipientes, de tu mano,
donde el sórdido verano, arroja sus desamores;
pulcras ánimas de flores, y constancias desgano:
la palabra de mi hermano, puebla todos los valores…
A la luz de la palabra, fueron hechas mis labores
arrojos, que sin botella, a la mar contenta y brisa,
en un ánimo desliza, y el sepulcro arraiga en flores,
consonantes de los amores, que mi firma escandaliza…
Fueron hechas mis labores, concertando una promesa:
distinguiendo de la azada, y el candil de la pavesa,
en el roble luego amara, prescindiendo la pobreza,
de mi amor, cual la belleza, aletargando dolores…
Fueron ánimos de sombra, fue mi luz contra la endecha:
fue la cumbre de tu mano, con el cantil deshecha,
la palabra de tu ruina, con apogeo en mi guitarra,
fueron ánimos de sombra, sobre los cantos, tu garra…
Fueron luces que sorteen, fueron llanos, fueron lágrimas
son candentes mis disparos, en la bruma, tan lejano
la distancia de tu mano, en otro robre me ufano,
ya la lágrima en acecho, con el correr de mis rimas…
A la luz de la palabra: fue Canción ecuménica,
distancia en el pedregullo, y canción académica,
de la hueste de mi nombre, en otro delirio, presa
canción del llano a turquesa, de mi delirio de fresa…
Fue Canción y fue mirada, fueron salmos de tus lares,
consonando los lugares, que mi sombra en una recta,
fue danzando en la menta, de la luna de tus mares,
oteändo los lugares, de mi asomo, insurrecta.
Garcilazo toma mares, y en distancias, Almafuerte,
apadronando la gente, de sus buriles infecta:
galardonando Neruda, a Shakespeare fuerte,
en sus tardes, ya Sor Juana, enseñaría tu recta:
de esotras nimiedades, su coro lascivo Góngora,
fue cantando las deidades, de sus mieles, de su néctar:
así la Trova Divina, ya los poetas de ahora,
fueron gente de inspirada, lección que estima impactar:
La luz de un poema vibra, la pluma en torno se hace,
pronuncia desvelo tardío, y besos contigo nace:
en otra sombra divina, tu amor gemelo te incita,
deslumbre tu canto grita, corazón, quiero Volar!
Palabra de mi verano, pasión designa y evita,
tristezas de tu suspirar, apasionadas de mar…!
Mi voz urge tu verano, con el dominio lo intentas,
galardonando la menta, y la frescura asientas…
Cae invicta de tu pluma, la palabra que tú hesitas,
la marmórea cuna devota, que tus labios, promueven
galanteando de la nieve, tu dulce frescura mueven,
sorteändo la palabra, tu frescura no quitas:
El vuelo de tu Guitarra, galanteando sombra evade,
el suspiro de la tarde, entonando tu sortija:
ya distancia de tu Canto: inscribe mar, y, prolija,
bucea en el vuelo el océano, que el aire tu flor, persuade…
A la luz, de la palabra, se ha forjado mi destino
caminante del camino, que su camino atropella;
oro y fuente de candiles, fueron bornes en su mella,
aliciente de venablos, de mi amor, al que imagino.
Forjan cándidos albores, incipientes, de tu mano,
donde el sórdido verano, arroja sus desamores;
pulcras ánimas de flores, y constancias desgano:
la palabra de mi hermano, puebla todos los valores…
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