Cántaro al cristal de tu frescura (acecho cual diamante)

Cántaro al cristal de tu frescura
(acecho cual diamante)

Cual espacio de luz en la fragancia,
cual cristal de diáfanas estrellas
rotos cristales de frescura entre diademas,
cual soplo hilarante de voz en las centellas…
De amanecer brillante, de fresca algarabía
de luz en el sopeso clamando en el dïamante,
de sol templado apenas, solemne trago enfría
la luz de aquella sima, delgada y rutilante…

Cual soplo en el albor, de tu distinta aura,
prisión en libertad de tu melancolía
sedienta de doseles, que besan sombra, aurora
cual sola en el desïerto, clama y abolía…
Desnudos los diamantes, de presas ironías
las sombras, sol mediante, desnudan erotemas
y cantan en las gemas, tu agua helada ansías
por sobre la mirada, del silo en el que tremas…

Gallarda espuma arroje, al mayor cristal, su pena
gallarda de veranos, desnuda en la dïadema
cual el juglar empine su rostro se hace yema,
del sólido verano, ausente y en la arena…
Abreva y es espurio, su rojo amante cano,
desnudo de tu mano, inerte en sombras yace
golondrina de furor, y alado se deshace
rotundo van sus flores, en joven artesano…

De tu caudal silente, de mudas ascuas roce
suspiros en lo gualdo de tu silencio diera
arrojo en tu belleza, cual besa la altanera
desnuda primavera, al pecho de tu goce…
Desnudos los letargos de tu ardiente flecha
desnuda los confines de la mar, endecha,
cual soplo no atenuante todo mi albor y brecha
suspiro no galante, y amor, jazmín acecha…

Desama lento amor, desde tu Primavera,
acecho en el furor, tu glosa se me advierte
crisálida celeste desnuda se me invierte
en lóbregas centellas cual besan a tu cera…
Arrojan en tus lides, caricias a tus besos,
y besos a tus risas, cual jóvenes saetas
desvían las inquïetas, desnudas tetas
la savia que hace flores, y flores mis decesos…

Así, tu albor porfía, de tu verano mojo,
acecho cual dïamante, desnuda de mi antojo.