Esto pasa
Dejadme morir, dejadme
entre los gritos y el agua,
en las grietas del incendio
y en la hiel de las palabras,
que todo escape al recuerdo,
que el tiempo no tenga valvas,
ni agujas ni cocineros,
que todo quede en la calma:
la hoguera azul de mi cuerpo,
la sangre de aquella carta,
y por tinta mi esqueleto
que su infinito derrama
sobre las calles del mundo,
bajo la piel que me aguarda,
de un gusano predilecto
que ya mis sueños devana,
porque yo no he de ser tuyo,
ni tu boca me rescata,
dejadme morir, dejadme,
que ya ni mi alma me salva,
mas no teman que no sufro,
no lloren que no hay espadas,
y es que moriré de gusto
porque amé y dije que amaba
y me amaron hasta el cielo,
y hasta el mar y en esa cama,
donde ya una vez nacimos,
donde viví y me esperaran,
tal cual hoy, que si les digo
que me muero es que esto pasa
porque he de empezar de nuevo,
porque he de dormir sin pausa
hasta hacerme de otro cielo,
de otra piel y otra garganta,
en que en vez de decir muero,
diré ya morí y hoy basta,
que me vuelvo a ver las nubes,
y del aire a alzar las fraguas
en que ya cenizas dieron
mis ojos, mis pies, mis palmas,
y en que al canto reverdecen,
como yo en mi muerte larga,
por eso dejad, soltadme,
que feliz yo y quien renazca
de esta muerte cenicienta
y del grito que nos saca,
muero, renazco, ya vivo,
mi eternidad es quien canta.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
18 05 14
Dejadme morir, dejadme
entre los gritos y el agua,
en las grietas del incendio
y en la hiel de las palabras,
que todo escape al recuerdo,
que el tiempo no tenga valvas,
ni agujas ni cocineros,
que todo quede en la calma:
la hoguera azul de mi cuerpo,
la sangre de aquella carta,
y por tinta mi esqueleto
que su infinito derrama
sobre las calles del mundo,
bajo la piel que me aguarda,
de un gusano predilecto
que ya mis sueños devana,
porque yo no he de ser tuyo,
ni tu boca me rescata,
dejadme morir, dejadme,
que ya ni mi alma me salva,
mas no teman que no sufro,
no lloren que no hay espadas,
y es que moriré de gusto
porque amé y dije que amaba
y me amaron hasta el cielo,
y hasta el mar y en esa cama,
donde ya una vez nacimos,
donde viví y me esperaran,
tal cual hoy, que si les digo
que me muero es que esto pasa
porque he de empezar de nuevo,
porque he de dormir sin pausa
hasta hacerme de otro cielo,
de otra piel y otra garganta,
en que en vez de decir muero,
diré ya morí y hoy basta,
que me vuelvo a ver las nubes,
y del aire a alzar las fraguas
en que ya cenizas dieron
mis ojos, mis pies, mis palmas,
y en que al canto reverdecen,
como yo en mi muerte larga,
por eso dejad, soltadme,
que feliz yo y quien renazca
de esta muerte cenicienta
y del grito que nos saca,
muero, renazco, ya vivo,
mi eternidad es quien canta.
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