En ataviados besos

Ofrezco la luz, el alba, lo que dora
mi simpatía, la bruma la decora, en ataviados besos…
La sombra de su luz el alba ruega…
Dulcificando su boreal envergadura, por sobre el ala del cereal, de su figura
de su baluarte, espina, luz canora
que sobre llama de matiz vuelve locura
la soga al lienzo, su virtud, nevada aurora…

Derrumbe de cántaro, pelëa,
de sólo ciego ardor frente a la tea,
de sombra queda en el alba, panacea
de su locuaz intento por llamarte, a sólo rasgo de la ausencia, de mi arte…

Frente a la boga de Calistos y de sombras,
frente a la huella de turquesas y de lunas
a sólo cirio de su bella galanura, a sólo mástil de su boca, sombra amure…
Y levanta de su sol nevado arpegio, que su consorte en espuma ya versátil
es la voz queda de mi sombra en vuelo frágil
de luz inerte, de cadencia, de alba en sombra…
Voz y turquesa de un adiós que desmesura
de su silencio la nevada arquitectura
de sólo cirio, de venablo a mi locura
de sólo arte, diapasón, albor de fruta…

A mi silencio goce etéreo no limita, el solo ardor que ya mi herrumbre no recita
por sobre el ala de doncellas sombra cabe, a murmurar un solo paso, lo que sabe…
Voz de pantera, de luna, noche estrellada
de cierzo en la marea, de sombras y de pena
por sobre el ala herida ya tu voz, la misma arena
que sobre el cielo de tu fragua desentona y sobre cieno
alberga ruiseñores y mata mi desvelo,
por sobre el prisma de una estrella que inventa ya mi anzuelo
y sobre el tiento de tu voz, la misma alcurnia sabe a beso…

De beso herido, de sombra, de guitarra
de sombra frágil, y de sombra en la mañana
así tu faz temprana aleve sino, aguarda
por sobre alas la marea vuelta falda…

A sólo ébano la luz y ya corriente
por sobre heridas vuelve frágil obsecuencia
de sólo albas en austeras transparencias
de sólo habla, y de voz en las latencias…

Mi voz es süave, mi beso aún decide,
en tu mejilla ardores, no divide…