Lo confidencio

Lo confidencio

Mi vida, que esperó que me llamaras,
terminó acostumbrándose al silencio,
al llanto de mi voz, a lo que agencio
cuando sin ojos miro nuestras caras.

Y es cierto, no valdría hoy que me hablaras,
no estoy para escuchar, no diferencio
ni esa palabra tuya que aquerencio
ni el tiempo en que cerré nuestras mamparas.

Así es que ni he de estar si regresaras,
ni mi puerta abriré si te presencio,
ni mi alma te ha de amar, aunque me amaras.

Lo digo sin maldad, lo confidencio
sabiendo que ni oirás, pues te enmascaras
y que a callar después yo me sentencio.

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06 05 14