Visión de mi país

Visión de mi país

Vivo en un país donde no hay nadie,
es decir diecisiete millones de fantasmas,
lo digo porque yo mismo no existo
y es que, por más que callo, aún escucho
retumbar a cada muerto en las esquinas,
regresar a cada deudo de sus dudas
y a nadie palpitar con sus demandas en los labios.
Alguno batalló, alguno sigue
con la bandera roja que brilló en las alamedas,
pero los más muelen quimeras en las horas del oficio,
se olvidan de sus padres como de sus propias sombras
y ofrecen el país al que más pague por sus peces.
Por eso en mi país no queda nadie,
ni el hijo que ocultaron las montañas,
ni el padre que encendió la lucha patria,
ni el heredero de la fe, ya retirados los verdugos.
Quedamos los que somos, los vencidos,
los que se niegan a reír por no encender nuevas violetas
ni a llorar por no anegar la libertad de sinrazones.
Y vivo con la fuerza del que sabe que no duerme,
que nadie duerme en paz si hay tanto y tanto por decirnos,
es tiempo de empezar, dicen los miles que ya callan,
es hora de embestir, dicen los múltiples dormidos.
Yo no sé qué decir, pero esas voces
de seguro más que yo comprenden lo que pasa,
vendrán, vendrán conmigo y aprenderemos lo que ocurre
cuando por fin estos millones de compatriotas lo decidan.
Mi pueblo, tuyo soy, camino alegre tras tus huellas,
enséñame a vivir, pues sólo en tu arca
nos va a llenar el corazón la libertad que aún no conquistamos.

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18 03 14