Deshielo en el amor, canto al Vesubio,
nacarado y ya constante, sol añejo,
púrpura engaño, púrpura reflejo
horada lento el mar casto mar de rubio…
Instante que separa la fornitura sementina
de aquella flor endrina que rebalsa, undosa
caliginosa y preñada, sutil, roba la mina
de un Sol de oro que encuentra gentil Musa…
Ocio y distancia, la forma a mi sustento,
el roble al sentimiento, del augurio nacarado
por el ébano templado al miramiento,
asido sólo en llanto, perfume, mar callado…
Desnuda Canto el eco de su voz vituperante
glaciar de sordo instante y panoja murmurada
en lo cierto a mi descuido de botella cincelada,
diamante hecho epicentro de la bruma en el diamante…
Asilo tu voz tiene entre señas descubiertas,
la llamada voz de penas y de sombras circunspectas
sobre el cielo, sobre el ala de la lluvia que se apañe
mirada de ultramar que sólo sueña lo que atañe…
Desnuda la Sirena, es la belleza de mi muro
fornitura a mil engaños de brillos entre aldabas,
que sólo tiene el mar, en mi pintura alabas
las alas de mi süeño que el perfume hace más puro…
Sólo quisiera verte más, desde la lluvia impar
aflorar, verde mujer, la turquesa de tus labios,
tu reflejo, has de saber, que conmueve aún a mis labios
y se enjugan con tu piel los rocíos de éste mar…
Parafraseando mil albores, gentil ama, gentil cüello
arrebolando la luna, sólo diera aún el destello
que fulgura en mi simiente, apropiándose la noche
la gema que desmesura el soplido a mi fantoche…
Hace sömbra el estertor que cavila entre mi sueño,
doblegándose del muro que hace sol ascuas venéreas
sobre el silente tropo helado, que desnuda, que despeño
sobre el albor nacarado, de mis estrellas aéreas…
Ciego canto a tu flor, cardumen a mis penas
del ribete templado que hace sombra mi ángel,
donde desnudo se asiente, ya la voz opuesta, arenas
de mi flor a mi sombrías castas dulces, un pagel…
Helecho fuera entre el viento, la sombra que murmuraba
longitud de mis esperas, mis esperas adueñaba
de las formas oscilantes que el cielo llama y no ocurre,
paladión mi pluma embarga la juventud que discurre…
Entre poemas y liras, y suertes al desengaño
la multitud de mi viaje, es sombra, ardor y luto,
fragancia del mar que rima, sus olas con que disfruto
el ritmo de mi barcarola, durmiéndose entre mi baño…
Sirena crepuscular, que la ausencia no derroche,
descubres un mar sin pena, al gemido de la noche!
nacarado y ya constante, sol añejo,
púrpura engaño, púrpura reflejo
horada lento el mar casto mar de rubio…
Instante que separa la fornitura sementina
de aquella flor endrina que rebalsa, undosa
caliginosa y preñada, sutil, roba la mina
de un Sol de oro que encuentra gentil Musa…
Ocio y distancia, la forma a mi sustento,
el roble al sentimiento, del augurio nacarado
por el ébano templado al miramiento,
asido sólo en llanto, perfume, mar callado…
Desnuda Canto el eco de su voz vituperante
glaciar de sordo instante y panoja murmurada
en lo cierto a mi descuido de botella cincelada,
diamante hecho epicentro de la bruma en el diamante…
Asilo tu voz tiene entre señas descubiertas,
la llamada voz de penas y de sombras circunspectas
sobre el cielo, sobre el ala de la lluvia que se apañe
mirada de ultramar que sólo sueña lo que atañe…
Desnuda la Sirena, es la belleza de mi muro
fornitura a mil engaños de brillos entre aldabas,
que sólo tiene el mar, en mi pintura alabas
las alas de mi süeño que el perfume hace más puro…
Sólo quisiera verte más, desde la lluvia impar
aflorar, verde mujer, la turquesa de tus labios,
tu reflejo, has de saber, que conmueve aún a mis labios
y se enjugan con tu piel los rocíos de éste mar…
Parafraseando mil albores, gentil ama, gentil cüello
arrebolando la luna, sólo diera aún el destello
que fulgura en mi simiente, apropiándose la noche
la gema que desmesura el soplido a mi fantoche…
Hace sömbra el estertor que cavila entre mi sueño,
doblegándose del muro que hace sol ascuas venéreas
sobre el silente tropo helado, que desnuda, que despeño
sobre el albor nacarado, de mis estrellas aéreas…
Ciego canto a tu flor, cardumen a mis penas
del ribete templado que hace sombra mi ángel,
donde desnudo se asiente, ya la voz opuesta, arenas
de mi flor a mi sombrías castas dulces, un pagel…
Helecho fuera entre el viento, la sombra que murmuraba
longitud de mis esperas, mis esperas adueñaba
de las formas oscilantes que el cielo llama y no ocurre,
paladión mi pluma embarga la juventud que discurre…
Entre poemas y liras, y suertes al desengaño
la multitud de mi viaje, es sombra, ardor y luto,
fragancia del mar que rima, sus olas con que disfruto
el ritmo de mi barcarola, durmiéndose entre mi baño…
Sirena crepuscular, que la ausencia no derroche,
descubres un mar sin pena, al gemido de la noche!
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