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por Dulce marea que el oprobio daña
a rojo paso y fértil cuna
que el horizonte mansamente la restaña
a dulce ébano y Antígona ninguna,
de solo asedio y púrpura miel roja
de dulce néctar, y alcohol fragante asoma
de miel y savia queda, en tus labios la panoja
celada y en augusta madeja que retoma…
Estéril, confrontada, asidua llama en noche
de pérfida agonía, de sutil fantoche,
que llama y fantasëa con su luz y broche
sutil escarapela, de abrojo y de reproche…
Murmura vïento alado, sofrena pausa y llora
carmín de enamorado, donde el ascua aflora
pimpollo de su Dalia, naranja de su néctar
bribón de sólo escarcha, diluvio al afectar…
Su brisa, su simiente, su trova, su llamado
enceguecido, antiguamente fuego no llamaba
su ilusión de prado intenso, ósculo que brava
el efugio intenso de la flor, y estío oro tallado…
Disocia ärdor y lucha, so juzga penitente
su diurna, arrebatada, clepsidra pertinente,
sobre el carbunclo azul que la tea no llamaba
füego al desechar la nïeve que llevaba…
Pimpollo, tregua ardïera, su fruta en acechanza
dulcísima bravura de león en taza
mirífica fusión de panacea, baza
que diera su influir en la negrura, lanza…
Cardúmenes que enciérran su llano en la bandurria,
celada pues a cuestas de toda cimitarra,
león que no asemblara su melena y garra
estío que repara su Sol frente a su furia…
Gallarda puedes más que el confín talado,
y exime de su testa cabrío subterfugio
rodando en asunción al desparpajo hallado
su diurno celofán de roja noche: artilugio…
Sopesa de buen grado sus comas y sus íes
arremetiendo con su fragua sus desnudas mïeles,
rimbombando frente a doctos ires y venires,
reales de sopor y de tedio, sutiles…
Escarpado en su coronación, de luz y sol tan nardo
hecho de fortuna y sol en el resguardo,
archívese las hojas de su ilusión, doseles
tan mudo mi clamor, que bastan los pinceles…
Herraje de la flor, bandurria en llamarada,
prístina y terruño como flor hallada
celada en armonía y en su lluvia ubicua
tan sólo su efusión desluce llama asidua…
Prístino el albor, de su libertinaje,
tan honda es la efusión desnuda de tu paje.
a rojo paso y fértil cuna
que el horizonte mansamente la restaña
a dulce ébano y Antígona ninguna,
de solo asedio y púrpura miel roja
de dulce néctar, y alcohol fragante asoma
de miel y savia queda, en tus labios la panoja
celada y en augusta madeja que retoma…
Estéril, confrontada, asidua llama en noche
de pérfida agonía, de sutil fantoche,
que llama y fantasëa con su luz y broche
sutil escarapela, de abrojo y de reproche…
Murmura vïento alado, sofrena pausa y llora
carmín de enamorado, donde el ascua aflora
pimpollo de su Dalia, naranja de su néctar
bribón de sólo escarcha, diluvio al afectar…
Su brisa, su simiente, su trova, su llamado
enceguecido, antiguamente fuego no llamaba
su ilusión de prado intenso, ósculo que brava
el efugio intenso de la flor, y estío oro tallado…
Disocia ärdor y lucha, so juzga penitente
su diurna, arrebatada, clepsidra pertinente,
sobre el carbunclo azul que la tea no llamaba
füego al desechar la nïeve que llevaba…
Pimpollo, tregua ardïera, su fruta en acechanza
dulcísima bravura de león en taza
mirífica fusión de panacea, baza
que diera su influir en la negrura, lanza…
Cardúmenes que enciérran su llano en la bandurria,
celada pues a cuestas de toda cimitarra,
león que no asemblara su melena y garra
estío que repara su Sol frente a su furia…
Gallarda puedes más que el confín talado,
y exime de su testa cabrío subterfugio
rodando en asunción al desparpajo hallado
su diurno celofán de roja noche: artilugio…
Sopesa de buen grado sus comas y sus íes
arremetiendo con su fragua sus desnudas mïeles,
rimbombando frente a doctos ires y venires,
reales de sopor y de tedio, sutiles…
Escarpado en su coronación, de luz y sol tan nardo
hecho de fortuna y sol en el resguardo,
archívese las hojas de su ilusión, doseles
tan mudo mi clamor, que bastan los pinceles…
Herraje de la flor, bandurria en llamarada,
prístina y terruño como flor hallada
celada en armonía y en su lluvia ubicua
tan sólo su efusión desluce llama asidua…
Prístino el albor, de su libertinaje,
tan honda es la efusión desnuda de tu paje.
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