El delirio

El delirio

Por fin arder como cristal quebrado.
Ropa helada yo calzo. Vivo ausente Y permiso.
Todo bueno. Perdón. Salgo a casarme contigo.
Occidente es un manual padecimiento.
Llevo estatuas por vientre, más sangre sin zapatos.
Otro viene. Salud. Copa de lirios abierta y evadida.
Hay cenizas de perros rodeadas por el hambre.
Indestructible el nombre si pende de tus labios.
Sálvame, insomne sueño, que pones la noche tan delgada.
Pero esto es de locos, como yo, que pertenezco
al rito de las lágrimas, a fotos en divino,
al miedo azul y al espantado viento.
¿Oyen? ¿Oyen? No me saquen del aire.
No me lleven sin mar. No estoy cuerdo,
pero mi boca de pronto encontrará aquella palabra.

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18 03 13