Un silencio en el camino

Un silencio en el camino

Palabra, no me aconsejes,
mejor que me hable el silencio,
contigo sólo sentencio
que te vayas y me dejes.
Cuánto hablé sin que te alejes,
cuánto pedí que no tuve,
quiero el cielo sin más nube,
quiero el sol sin más neblina,
así, palabra, termina
y acállame el dónde estuve.

No quiero ni el gris recuerdo,
quiero cerrada mi boca,
mi piel, mi pecho y la broca
que taladra en lo que pierdo.
Contigo sólo concuerdo
en que lo mucho fue poco,
versos y versos yo toco
que nada dejan en mi alma
y así, palabra, la calma
es más bien volverme loco.

Por eso el silencio pido,
la sábana sin palabras
que es como un prado sin cabras
o una playa sin sonido.
No es que pretenda el olvido,
sé que el pasado no muere,
pero callada prefiere
mi pena vivir su duelo,
que es un llorar sin pañuelo
por quien quiero y no me quiere.

Ya mañana de esta blanca
camisa de lejanías
veré regresar los días
que el sufrimiento me arranca.
Ya mañana veré al anca
de mi regreso al camino
tu voz, tu fiel pergamino
y el tesoro de tus letras
y veré cómo penetras
conmigo en mejor destino.

Pero por hoy me hago mudo,
yerto, pálido, silente,
no me ha de escuchar la gente,
no han de quitarme mi escudo.
De todos modos saludo
al que como yo se calla,
es de muchos mi batalla,
es de todos el derecho
a la reserva del pecho
y al solaz de su muralla.

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07 12 12