Décimas del desencanto
El día en que yo te olvide
no habrá más sol en el cielo,
ni entre nosotros más suelo
que el que a dos cuerpos anide.
Se han de secar esas olas
que entre la sangre y la playa
golpeaban con su metralla
mi corazón de amapolas.
Tus manos quedarán solas
como en el pobre que pide,
allí donde el mar reside,
con peces, sales y espuma,
no hallarás más que la bruma
el día que yo te olvide.
Yo, que sé bien dónde estás
y adónde va tu mirada,
sabré también volver nada
la ausencia que tú me das.
Será cansancio no más,
tal vez también desconsuelo,
nostalgia, dolor, recelo
mil nombres de la pasión,
pero al morir la ilusión
no habrá más sol en el cielo.
Ya hace rato que no hay calma
ni en mi pecho ni en el tuyo,
todo es condena y orgullo,
todo es dolor en el alma.
No hay del amor ya más palma,
tal cual en tiempos del vuelo,
cuando en mi por ver tu anhelo
cumplido todo se juega,
nada quedó de esa entrega,
ni entre nosotros más suelo.
Así de feroz la caída,
no hay culpable, hay moribundos,
de los rosales fecundos
ni una flor, ni una salida.
La tierra, por conmovida,
se abrió y llorando despide
los restos por los que pide
la paz que en vida no hallamos,
así otro adiós no encontramos
que el que a dos cuerpos anide.
Allí vagan, aquí yacen
dos que el amor se perdieron,
la vida entera rindieron
sin que sus pechos se abracen.
Quienes por su lado pasen
aprendan de este castillo:
el amor es un ovillo
con dos puntas que juntar,
nadie las puede cortar,
pero unirlas no es sencillo.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
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El día en que yo te olvide
no habrá más sol en el cielo,
ni entre nosotros más suelo
que el que a dos cuerpos anide.
Se han de secar esas olas
que entre la sangre y la playa
golpeaban con su metralla
mi corazón de amapolas.
Tus manos quedarán solas
como en el pobre que pide,
allí donde el mar reside,
con peces, sales y espuma,
no hallarás más que la bruma
el día que yo te olvide.
Yo, que sé bien dónde estás
y adónde va tu mirada,
sabré también volver nada
la ausencia que tú me das.
Será cansancio no más,
tal vez también desconsuelo,
nostalgia, dolor, recelo
mil nombres de la pasión,
pero al morir la ilusión
no habrá más sol en el cielo.
Ya hace rato que no hay calma
ni en mi pecho ni en el tuyo,
todo es condena y orgullo,
todo es dolor en el alma.
No hay del amor ya más palma,
tal cual en tiempos del vuelo,
cuando en mi por ver tu anhelo
cumplido todo se juega,
nada quedó de esa entrega,
ni entre nosotros más suelo.
Así de feroz la caída,
no hay culpable, hay moribundos,
de los rosales fecundos
ni una flor, ni una salida.
La tierra, por conmovida,
se abrió y llorando despide
los restos por los que pide
la paz que en vida no hallamos,
así otro adiós no encontramos
que el que a dos cuerpos anide.
Allí vagan, aquí yacen
dos que el amor se perdieron,
la vida entera rindieron
sin que sus pechos se abracen.
Quienes por su lado pasen
aprendan de este castillo:
el amor es un ovillo
con dos puntas que juntar,
nadie las puede cortar,
pero unirlas no es sencillo.
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