Los dos muertos

Los dos muertos

En el hogar del caos se albergaron
la nula nada y el placer del movimiento,
todo dormía sin saber que había un golpe,
todo empezó sin que supieran del comienzo
¿Sería la rosa lo primero, o el cansancio,
como cuando tras un duro día arde un lucero,
serían olas o espirales o trompetas,
como en la arena en que el naufragio crea restos,
o un solo no definitivo y sordo
en la hora de acoplar viejos inviernos?
Lo cierto es que la casa que habitaron
vivía más que sus miradas al espejo,
que sus funciones de sexo rutinario,
que sus camisas pegadas a los cuerpos.
Lo cierto es que quisieron no quererse,
y lo lograron sin pedir más juramentos,
sin melodía se alejaron, sin perderse,
más novedad, más agonía no quisieron,
sólo una fosa en la estación de los suspiros,
sólo una rosa en el florero del silencio
y en el hogar que paso a paso levantaron
no quedan ya más que horas y dos muertos.

05 08 12