Los números tras del amor
Una sola vida tengo
para con dos ojos ver
las tres lágrimas caer
cuatro viernes que aquí vengo.
Y en mis cinco pies soy rengo
y en mis seis dedos por pie
siete mares cruzaré
ocho días por semana
y en nueve meses de diana
mis diez tablas leeré.
Una parte de mis días
es de dos lunas brillantes,
la tercera es de purgantes
con cuatro patas vacías.
La quinta es de melodías
que en seis cuerdas toca un loco,
siete maravillas toco
en los ocho continentes,
nueve mares que las gentes
ven diez veces si lo invoco.
O bien son mis diez pupilas
las que nueve lagrimones
vierten cual ocho limones
en mis siete retahílas.
O bien en mis seis axilas
cinco alitas me da el sueño,
cuatro inciertas con su empeño,
tres en vano pues resbalo
y en mis dos brazos un palo
me hace a golpes más pequeño.
Una vida es pues mi alero,
me da dos tristes lecciones:
no son tres nuestros pulmones
ni hay cuatro años en enero.
Ni cinco vientos, sombrero,
ni seis puntas, buena estrella,
siete espinas me hacen mella,
ocho clavos en mis palmas,
nueve gritos de mis almas
de diez gatos tras mi huella.
Así al final con diez musas
nueve mares atravieso,
ocho letras en mi beso,
siete esquinas ya confusas.
Si en la seis ya no rehúsas
a darme tus cinco brazos,
yo hago en mis cuatro regazos
un nido para los tres.
tú y el niño que hoy no ves
y este canto tras tus pasos.
29 07 12
Una sola vida tengo
para con dos ojos ver
las tres lágrimas caer
cuatro viernes que aquí vengo.
Y en mis cinco pies soy rengo
y en mis seis dedos por pie
siete mares cruzaré
ocho días por semana
y en nueve meses de diana
mis diez tablas leeré.
Una parte de mis días
es de dos lunas brillantes,
la tercera es de purgantes
con cuatro patas vacías.
La quinta es de melodías
que en seis cuerdas toca un loco,
siete maravillas toco
en los ocho continentes,
nueve mares que las gentes
ven diez veces si lo invoco.
O bien son mis diez pupilas
las que nueve lagrimones
vierten cual ocho limones
en mis siete retahílas.
O bien en mis seis axilas
cinco alitas me da el sueño,
cuatro inciertas con su empeño,
tres en vano pues resbalo
y en mis dos brazos un palo
me hace a golpes más pequeño.
Una vida es pues mi alero,
me da dos tristes lecciones:
no son tres nuestros pulmones
ni hay cuatro años en enero.
Ni cinco vientos, sombrero,
ni seis puntas, buena estrella,
siete espinas me hacen mella,
ocho clavos en mis palmas,
nueve gritos de mis almas
de diez gatos tras mi huella.
Así al final con diez musas
nueve mares atravieso,
ocho letras en mi beso,
siete esquinas ya confusas.
Si en la seis ya no rehúsas
a darme tus cinco brazos,
yo hago en mis cuatro regazos
un nido para los tres.
tú y el niño que hoy no ves
y este canto tras tus pasos.
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