Lidiando con tu fantasma
Cubrió tu boca la nieve,
cubrió tu espalda el rocío,
tu sombra la cubrió el río,
tu golpe el mar que te bebe.
Cubrió tu viaje el aleve
dolor de verme sin nada,
contigo se fue mi espada,
mi avaricia, mi canción,
cubrió tu adiós un telón
de farsa mal terminada.
En la ciudad fue todo esto,
en la ciudad de los hombres,
allí donde cambiar nombres
es sólo cambiar de puesto.
Allí donde por repuesto
de un amor cualquiera llega,
sin más fulgor en la entrega,
sin más pasión en el nido
que una noche y un latido
que el alba pronta repliega.
Pero tu muerte es un todo
que vence toda esperanza,
ni lo que es vida me alcanza
para salvarte del lodo.
Dale a mi suerte un recodo
en que encontrarte y decir
lo bello de mi sentir,
lo firme de mi alegría,
lo triste de en cada día
verte llegar y partir.
En este adiós me falleces,
en esta huída me matas,
no sé de verdad si tratas
de ser el ruido o las nueces.
En este jugar me escueces
pues quiero tu amor y escapas,
me absuelves, me usas, me atrapas
y luego quedo en silencio,
la soledad que presencio
no puede con tantas capas.
Te llamo pues a quererme,
te llamo pues a olvidarme
o bien te llamo a dejarme
para ya no mal traerme.
Tú elige, tú puedes verme
o cegarte y darme paz,
lo mío es amor y en paz,
lo tuyo dímelo ahora,
lo que no llega y demora
no alcanza para disfraz.
12 07 12
Cubrió tu boca la nieve,
cubrió tu espalda el rocío,
tu sombra la cubrió el río,
tu golpe el mar que te bebe.
Cubrió tu viaje el aleve
dolor de verme sin nada,
contigo se fue mi espada,
mi avaricia, mi canción,
cubrió tu adiós un telón
de farsa mal terminada.
En la ciudad fue todo esto,
en la ciudad de los hombres,
allí donde cambiar nombres
es sólo cambiar de puesto.
Allí donde por repuesto
de un amor cualquiera llega,
sin más fulgor en la entrega,
sin más pasión en el nido
que una noche y un latido
que el alba pronta repliega.
Pero tu muerte es un todo
que vence toda esperanza,
ni lo que es vida me alcanza
para salvarte del lodo.
Dale a mi suerte un recodo
en que encontrarte y decir
lo bello de mi sentir,
lo firme de mi alegría,
lo triste de en cada día
verte llegar y partir.
En este adiós me falleces,
en esta huída me matas,
no sé de verdad si tratas
de ser el ruido o las nueces.
En este jugar me escueces
pues quiero tu amor y escapas,
me absuelves, me usas, me atrapas
y luego quedo en silencio,
la soledad que presencio
no puede con tantas capas.
Te llamo pues a quererme,
te llamo pues a olvidarme
o bien te llamo a dejarme
para ya no mal traerme.
Tú elige, tú puedes verme
o cegarte y darme paz,
lo mío es amor y en paz,
lo tuyo dímelo ahora,
lo que no llega y demora
no alcanza para disfraz.
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