CARNE Y MURALLA.

Debí atravesar con el poema
toda la pastoral de los desiertos,
debí dar el don a las furias
arraigadas de mis adentros,
debí de dar el fuego
pero no el de las lágrimas enmohecidas
recubiertas de desvelos,
y correr tras tus pasos
inexpugnable bajo el ciprés
de golpe todo y con sentido,
debí dar la variedad de las formas
de que dispone la realidad
ahondada y pertinente,
debí identificarte con la expresión
la del genio que ocupa su extensión
o, más bien sentirme aplastada
en la comitiva de las noches
de todas las granadas cósmicas
y servirse de todas las llaves
que han acudido a las manos
sin confundir las fronteras,
y a la ciudad serena la no perforada
la que está en ti,
debí darle sol y noche
carne y muralla
recorrer el espacio y la tierra
un rostro y el calor blanco
con su suave permanencia,
espejo sobre la lira de tus piedras
entre la luz y transparencia
que es tu rostro cuando duermes
y me mira como una águila despierta.

Precioso poema, Leyre.
Te felicito

Gracias Delia por tu generosidad, una cualidad muy hermosa.

¡¡¡Bellísimo, Poetisa!!!! Qué hermoso Canto!!!! Deslumbra tu fluidez, tu innato cauce de amor, en las aguas de la quietud, marmórea y evanescente, tras el fluido que la embelesa...

...Como un llanto de alegría, tras la risa del Verano!

Maravilla tu pluma y poesía, Leyre bella!!!! Maravilla tu Canto y tu mano, el sabor que le pusiste al perfume de tus letras...

Un abrazo, amiga!!!

Felicidades, Carmen!!!

Sigue adelante con tu inspiración!!!!

Adelante, con tu pluma!!!!

Hermoso versar LEYRE agradable volver a leerte. Abrazos poetisa.