Desde aquel día

Desde aquel día

Yo tenía un espejo que mentía,
que en vez de uno dio dos rostros al alba,
uno alegre y pequeño, otro de calva,
uno naciendo, el otro que moría.

Yo tenía un espejo que mentía,
que miraba hacia atrás y no adelante,
que veía la piel, pero no el guante
y en vez del llanto sólo la alegría.

Yo tenía un espejo que mentía,
que no dejaba ver sino los sueños,
que nunca vio arrugados tantos ceños
que en él buscaron paz y compañía.

Yo tenía un espejo que mentía,
en él toda derecha se hizo izquierda,
en él se volvió plano quien recuerda,
en él todo reloj retrocedía.

Yo tenía un espejo que mentía,
lo rompí una mañana con denuedo,
mil espejos quedaron y no puedo
saber quién era yo desde aquel día.

18 06 12

La energía fragmentada del hombre, dispersa en muchas direcciones del pensamiento. Sin la unidad del ser, es dificil crecer y avanzar

Unidos crecemos, divididos nos truncamos.
Saludos, compañera.-