Ya no estás sola

Hecate y Persifona
ahora son una sola diosa
en el firmamento eterno.

Hecate, la diosa pagana
y la griega Persifona
los cielos de antaño
los cielos de ahora
bendicen con su presencia.

En esos viajes etéricos
con tu alma se encontraron
pobre alma sola y perdida
que en su desconsuelo
no supo más que llorar.

Más el encuentro,
en el cruce de los caminos,
donde tu senda te llevó a ellas,
fue en el único momento oportuno posible.

Fue en el momento en que tus lágrimas
se secaron y te permitieron ver
que existía otro sendero:
el del amor de la diosa.

Aquel iluminado por infinito
número de estrellas y astros
Aquel iluminado
por las antorchas de Hecate.

Camino custodiado por perros,
serpientes, cerrojos y bien guardadas llaves
en el submundo misterioso
de reposo de las almas.

Aquel glorioso camino
que recorre el éter
y te eleva a la diestra
de la diosa madre.

Mucho recorres
en tus viajes etéricos
mucho desciendes
en el submundo del alma.

Mucho aprendes
en el ahora infinito
Tu alma ya no está sola, ya no llora
con impotente desconsuelo.

Ahora descansa en su fé
firme y lúcida
en la confianza interna
de saber que no está sola.

A su lado Hecate sonríe
benévola, fuerte y segura.
Símbolo de amor que transciende
los límites del amor humano.

Símbolo de amor universal
en el ahora infinito.

Gracias por leer y comentar este escrito, muy amable de tu parte.