El sentido del amor
Es como una cosecha de campanas,
un árbol de camisas, un manzano
que navega por los mares del ensueño,
con alas en la flor de su estatura.
Es como sal amarga en una herida,
como el cuchillo del asalto a medianoche,
la lágrima en un libro que no acaba,
el golpe de un dolor vuelto martillo.
Es cine en la función a cielo abierto,
es cama en la azotea del orgasmo,
es pájaro en la jaula del recuerdo,
es jaula abandonada por la ropa,
es un cordel siniestro entre dos almas
apenas sacudidas por el viento.
Es todo lo que pides y no tomas,
es todo lo que das y no recibes,
es todo lo que encuentras si no buscas,
es todo lo que pierdes tras hallarlo,
es nada, nada más que lo que creas,
sin un final feliz vuelves a verlo,
sin un paracaídas vas y saltas,
sin cruz ni religión vas y lo adoras,
sin cielo y sin infierno te le rindes,
lo llamas, lo desprecias, lo mides, lo simulas,
lo guardas entre platos, entre pétalos o cuentas,
lo sacas a pasear como si el perro fuera tuyo,
lo sales a buscar cuando se va por la ventana,
lo olvidas justo cuando comienzas a tenerlo,
lo extrañas justo cuando ya no es más que un mal olvido.
Y lo amas y no lo amas, pues no sabes ni preguntas
lo que quieres ni quién es, mas no por eso
no lo invitas a la luna, no le ofreces
un zapato, no lo besas de repente
y él te besa y su sentido se hace urgente,
mayor más que tu existencia y que tu sangre,
misterio que derrotas rindiéndote a su paso,
cansancio que al cantar deja la huella de su pulso.
29 05 12
Es como una cosecha de campanas,
un árbol de camisas, un manzano
que navega por los mares del ensueño,
con alas en la flor de su estatura.
Es como sal amarga en una herida,
como el cuchillo del asalto a medianoche,
la lágrima en un libro que no acaba,
el golpe de un dolor vuelto martillo.
Es cine en la función a cielo abierto,
es cama en la azotea del orgasmo,
es pájaro en la jaula del recuerdo,
es jaula abandonada por la ropa,
es un cordel siniestro entre dos almas
apenas sacudidas por el viento.
Es todo lo que pides y no tomas,
es todo lo que das y no recibes,
es todo lo que encuentras si no buscas,
es todo lo que pierdes tras hallarlo,
es nada, nada más que lo que creas,
sin un final feliz vuelves a verlo,
sin un paracaídas vas y saltas,
sin cruz ni religión vas y lo adoras,
sin cielo y sin infierno te le rindes,
lo llamas, lo desprecias, lo mides, lo simulas,
lo guardas entre platos, entre pétalos o cuentas,
lo sacas a pasear como si el perro fuera tuyo,
lo sales a buscar cuando se va por la ventana,
lo olvidas justo cuando comienzas a tenerlo,
lo extrañas justo cuando ya no es más que un mal olvido.
Y lo amas y no lo amas, pues no sabes ni preguntas
lo que quieres ni quién es, mas no por eso
no lo invitas a la luna, no le ofreces
un zapato, no lo besas de repente
y él te besa y su sentido se hace urgente,
mayor más que tu existencia y que tu sangre,
misterio que derrotas rindiéndote a su paso,
cansancio que al cantar deja la huella de su pulso.
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