Canto de marzo
Con azares, con rutinas,
con preguntas, con sorpresas,
es marzo el de las promesas
de nuevos sueños y espinas.
Por nuevos rumbos caminas,
lleno de fe y de esperanza,
la vida es cierto que cansa,
pero jamás te abandona,
por eso en marzo perdona
lo que no fue y sólo avanza.
Yo te amo desde septiembre,
con buenos y malos días,
con penas, con alegrías,
con rosas que el alma siembre.
La vida es una curtiembre
que amolda la piel y el ceño,
tanto si es justo tu empeño
como si es ciega su rueca,
tanto si es húmeda o seca
la forja que hay en tu sueño.
Así cuatro años pasaron,
cual si pasaran cuarenta,
si fuera a pedir la cuenta
diré que ya la pagaron.
Con lágrimas que brotaron
en noches sin más salida,
con cicatriz en la herida
y por cierto con amor,
que deja un saldo a favor
tras darnos, feliz, la vida.
Por eso a mirar el cielo,
a dar las gracias por todo,
por la estrella, por el lodo
que la forjó en pleno suelo.
Por eso en marzo es mi anhelo
que no nos falte utopía,
complacencia, valentía
para lo nuevo y lo ya ido,
que guarde siempre en tu nido
sus lecciones cada día.
Así a la noche lleguemos
más sabios y enamorados,
que sean nuestros los hados
y de tantos que queremos.
Que todos juntos forjemos
un tiempo pleno y mejor,
llevados por el valor,
felices en su progreso
y callando tras un beso
como éste de nuestro amor.
05 03 12
Con azares, con rutinas,
con preguntas, con sorpresas,
es marzo el de las promesas
de nuevos sueños y espinas.
Por nuevos rumbos caminas,
lleno de fe y de esperanza,
la vida es cierto que cansa,
pero jamás te abandona,
por eso en marzo perdona
lo que no fue y sólo avanza.
Yo te amo desde septiembre,
con buenos y malos días,
con penas, con alegrías,
con rosas que el alma siembre.
La vida es una curtiembre
que amolda la piel y el ceño,
tanto si es justo tu empeño
como si es ciega su rueca,
tanto si es húmeda o seca
la forja que hay en tu sueño.
Así cuatro años pasaron,
cual si pasaran cuarenta,
si fuera a pedir la cuenta
diré que ya la pagaron.
Con lágrimas que brotaron
en noches sin más salida,
con cicatriz en la herida
y por cierto con amor,
que deja un saldo a favor
tras darnos, feliz, la vida.
Por eso a mirar el cielo,
a dar las gracias por todo,
por la estrella, por el lodo
que la forjó en pleno suelo.
Por eso en marzo es mi anhelo
que no nos falte utopía,
complacencia, valentía
para lo nuevo y lo ya ido,
que guarde siempre en tu nido
sus lecciones cada día.
Así a la noche lleguemos
más sabios y enamorados,
que sean nuestros los hados
y de tantos que queremos.
Que todos juntos forjemos
un tiempo pleno y mejor,
llevados por el valor,
felices en su progreso
y callando tras un beso
como éste de nuestro amor.
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