En el año del SEñOR de 1963,la Ciudad de Buenos Aires era todavía y a pesar de sus acelerados progresos edilicios, una gran aldea.
Cada uno de los 100 barrios porteños tenia su personalidad propia,pero existía entre todos ellos el factor común ,como en la matemática.
Este era la vida relajada y serena en la que todos sus habitantes vivian y veian transcurrir sus dias.
LA CIUDAD DE LA FURIA DE LOS AñOS 70 Y 80 ,AUN NI SE INTUIA.
Mi padre venia a almorzar todos los dias desde el centro a nuestra casa suburbana y luego retornaba al anochecer en su viejo Chevrolet 51.
Momento espectante para mi madre y los cuatro hermanos,que esperabamos su presencia y la sobremesa en la que se debatía la vida como si pudieramos...
El paso obligado de mi padre al llegar a casa , era pasar por su estudio y biblioteca.
Era tal establecimiento ,el refugio de sus momentos mas íntimos.
Ni bien llegaba , y habida cuenta que aun se usaba sombrero, procedía a colocarlo en el lugar que ,según el ,le correpondía.
Para mejor descripción de este hecho trivial, diré que el cuarto al que he aludido era un exágono.
Sus paredes estaban cubiertas por cinco bibliotecas , que ocupaban por lo tanto cinco paredes del mismo...
En la quinta habia una ventana y una mesa redonda de tres patas,como las que conocemos como útiles para lucir plantas.
Pero no había tal cosa,si no una calavera.
En el hueso frontal de la misma habia una inscripcion.."FUI LO QUE ERES, SOY LO QUE SERAS".
Con su extravagante sentido del humor,que lo acompañó hasta su último día, mi viejo llegaba y colgaba el Watherman en la calavera , la que adquiría de inmediato una burlona expresión.
.(No sabiamos todavia cuan atinada era la misma , hasta que la vida nos mostró su cara sin maquillaje años después).
La mesa servida para seis no es cosa fácil. Dan de ello fé todos los matrimonios que han imaginado familias numerosas.
En un ámbito de debate en el que cualquier tema se ponía sobre la mesa,se viviseccionaba a Unamuno, a Sartre,a S.Fitgerald, a Julio Camba,y a todos aquellos que todos sabemos que son los clásicos de las ditintas disciplinas del Arte.
Se producían acaloradas discusiones por unos y en contra de otros...(todavía no sabiamos que el arte se siente,se comenta, pero nada más ocioso que convertilo en motivo de discusión y competencia).
Pero debo confesar, que el fragor de la batalla no nos era indiferentes.Todos fogoneabamos el tren....
A veces pienso ahora,(es muy extraño lo que plantearé), que la calavera nos oia ,mientras esperaba su momento...
En una de tantas conversaciones de sobremesa mi padre afirmaba...HIJOS.NUNCA OLVIDEN QUE LA VIDA ES UNA AVENTURA EXTRAORDINARIA.
Con su exótico sentido del humor ,mi padre cometió suicidio en el final del otoño de el año del SEñOR de 1983...
Juan Luis
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