Feliz tu Dios de reconocer los dones,
Que te reconcilian con la divinidad,
Tu empeñado en el auto castigo
Yo mujer, queriendo mitigar tu sed
Con este vaso de agua lleno a la mitad,
Tú eliges morir en el desierto de su parte vacía
Te muestro la gloria en las estrellas
Tu obsesión está en oler estiércol
Tienes manos que sanan cuando escriben
Y balas explosivas son tus letras
Revientas almas, agredes corazones
Realidades opuestas, poeta
Tan cierta una como la otra,
Cada cual decide donde quiere estar,
Y por ello hoy nos separamos
Seguiré mi viaje, continúa el tuyo
Así conceptualizo el libre albedrío
Última edición por gerardo juan el Lun Jun 06, 2011 10:15 pm, editado 1 vez (Razón : recomendado poema semanal)
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