TRES AÑOS HAN PASADO
Un dieciseis de agosto te dije que te amaba,
han pasado tres años y no puedo olvidar
aquel momento hermoso en el que yo esperaba
que juntos para siempre podíamos estar.
Tus ojos se nublaron y comenzó tu llanto,
con voz entrecortada pudiste responder
que no te imaginabas que yo te amaba tanto
y tampoco sabías si me ibas a querer.
Recuerdo claramente que también me dijiste
que yo fuí un caballero cuando te hable de amor,
y que pronto a tu casa te lleve, me pediste,
porque ya no querías causarme más dolor.
Dolor es el que siento al no estar tú conmigo,
tres años han pasado y puedes comprobar
la promesa que te hice y que Dios es testigo:
Al paso de los años, más yo te he de amar.
Acaricié tus manos y las llené de besos
diciéndote que nadie te ha de amar más que yo
y con voz temblorosa, como rogando en rezos
te hice la promesa que hasta el Señor me oyó.
Mi amor ha de ser tuyo para toda la vida,
yo espero con paciencia para que puedas ver
que al transcurrir el tiempo mi corazón no olvida
a la mujer que anhelo algún día tener.
Y ahora que te tengo sentada aquí a mi lado,
otra vez te renuevo mi puro y fiel amor,
te pido no me dejes solo y abandonado
porque si tú te alejas, me muero de dolor.
- - - - - - - - -
Mariano Bequer.
Maracaibo, 16/08/05
Un dieciseis de agosto te dije que te amaba,
han pasado tres años y no puedo olvidar
aquel momento hermoso en el que yo esperaba
que juntos para siempre podíamos estar.
Tus ojos se nublaron y comenzó tu llanto,
con voz entrecortada pudiste responder
que no te imaginabas que yo te amaba tanto
y tampoco sabías si me ibas a querer.
Recuerdo claramente que también me dijiste
que yo fuí un caballero cuando te hable de amor,
y que pronto a tu casa te lleve, me pediste,
porque ya no querías causarme más dolor.
Dolor es el que siento al no estar tú conmigo,
tres años han pasado y puedes comprobar
la promesa que te hice y que Dios es testigo:
Al paso de los años, más yo te he de amar.
Acaricié tus manos y las llené de besos
diciéndote que nadie te ha de amar más que yo
y con voz temblorosa, como rogando en rezos
te hice la promesa que hasta el Señor me oyó.
Mi amor ha de ser tuyo para toda la vida,
yo espero con paciencia para que puedas ver
que al transcurrir el tiempo mi corazón no olvida
a la mujer que anhelo algún día tener.
Y ahora que te tengo sentada aquí a mi lado,
otra vez te renuevo mi puro y fiel amor,
te pido no me dejes solo y abandonado
porque si tú te alejas, me muero de dolor.
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Mariano Bequer.
Maracaibo, 16/08/05
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