Solitarios

Solitarios

Solitarios que abrazan, solitarios,
que se van con la luz de la alborada,
que dejan una nota en cada almohada
y no vuelven pues son, son solitarios.

Solitarios cuyo albur es ir a solas
y pese a tanto amor en la neblina,
sin un gesto, una queja, una cortina
que abrir o que cerrar entre amapolas.

Y se besan de pronto en la cornisa
y aparentan un rumbo en la maleta
y una noche con citas de un poeta
su propia soledad los martiriza.

Los ves en las iglesias y en el cine,
en calles de gentíos tumultuosos,
tan ciertos, tan ufanos y amistosos
o a veces preguntándose a qué vine.

Solitarios con hijos, con viruela,
con libros, con rumores, con sudarios
que ríen de su tren de solitarios
como niños que vuelven de la escuela.

Los miro, identifico sus horarios,
descubro su oración y su agonía
y grito una lección que ya sabía:
que todos somos solo solitarios.

21 09 10

INTERESANTE PLANTEAMIENTO EL QUE HACES EN ESTOS VERSOS, CONCLUSION FINAL QUE COMPARTO.

Tienes una visión capricorniana de la vida que te llega hasta la médula...eh?? Cuanto más te leo, más me salpica tu melancolía...Bello escrito, Oscar.