Abuelo
Deben ir a beber los bueyes de tu frente
y en las noches sin astros orientarse por ti el grillo,
la paz de la ciudad debe oler a tus faldones
y a tus manos la miel que reparten las auroras.
Tú que sabes sin haberlos visitado que hay al fondo
del mar y las estrellas y la piedra que no usaste
y que hay bajo la piel del niño que te admira,
tú que regresas siempre del otoño en la alta hoja
del sol, de la pasión, de la semilla resguardada,
conoces la canción que precisé cuando no había
sino más soledad en la extensión de mis mañanas.
Acierto es que el reloj ya no funcione cual tus sienes,
que el pálido dolor de tus costillas te llevara
desde este mundo al otro donde ves todos los sueños,
las fechas, las verdades, las rosas de la infancia
y el viejo caserón que no inundara el edificio.
De viejos somos viejos, pero además tú fuiste libre
y erraste en la atracción de un fruto en la arboleda,
de un diálogo sin par con tus muertos y amistades,
de un cálido vapor a la hora de la sombra.
Amando a los guerreros, al prócer y al poeta,
dando por la humildad del hombre mi sombrero,
mi piel por la justicia, mi voz de enamorado,
recuerdo y sólo pierdo por ellos la camisa
sacando de mis cartas tu paso inmarcesible,
tu distante porfía de extraño en tanta ausencia,
pero de flor vigente en la erosión de los jardines.
Ninguno pudo más que tu paciencia de guepardo,
ninguno volverá junto a ese río sin tu orilla
ni yo me pararé de nuevo en la frontera
sin ver tu gesto altivo en la bandera en que me envuelvo.
La paz sin duda viene de los que el pan sembraron
y el amor es esa mesa en que nos llama su perfume.
27 08 10
Deben ir a beber los bueyes de tu frente
y en las noches sin astros orientarse por ti el grillo,
la paz de la ciudad debe oler a tus faldones
y a tus manos la miel que reparten las auroras.
Tú que sabes sin haberlos visitado que hay al fondo
del mar y las estrellas y la piedra que no usaste
y que hay bajo la piel del niño que te admira,
tú que regresas siempre del otoño en la alta hoja
del sol, de la pasión, de la semilla resguardada,
conoces la canción que precisé cuando no había
sino más soledad en la extensión de mis mañanas.
Acierto es que el reloj ya no funcione cual tus sienes,
que el pálido dolor de tus costillas te llevara
desde este mundo al otro donde ves todos los sueños,
las fechas, las verdades, las rosas de la infancia
y el viejo caserón que no inundara el edificio.
De viejos somos viejos, pero además tú fuiste libre
y erraste en la atracción de un fruto en la arboleda,
de un diálogo sin par con tus muertos y amistades,
de un cálido vapor a la hora de la sombra.
Amando a los guerreros, al prócer y al poeta,
dando por la humildad del hombre mi sombrero,
mi piel por la justicia, mi voz de enamorado,
recuerdo y sólo pierdo por ellos la camisa
sacando de mis cartas tu paso inmarcesible,
tu distante porfía de extraño en tanta ausencia,
pero de flor vigente en la erosión de los jardines.
Ninguno pudo más que tu paciencia de guepardo,
ninguno volverá junto a ese río sin tu orilla
ni yo me pararé de nuevo en la frontera
sin ver tu gesto altivo en la bandera en que me envuelvo.
La paz sin duda viene de los que el pan sembraron
y el amor es esa mesa en que nos llama su perfume.
27 08 10
Miér Abr 17, 2024 4:52 pm por caminandobajolalluvia
» Déjame unir mi mano con la tuya...
Miér Abr 17, 2024 4:50 pm por caminandobajolalluvia
» Tu rostro...
Lun Abr 15, 2024 3:55 am por caminandobajolalluvia
» Memoria de tu luz, cuerpo bohemio...
Mar Abr 09, 2024 9:05 pm por caminandobajolalluvia
» Mi ciudad
Jue Abr 04, 2024 1:08 pm por caminandobajolalluvia
» Mujer -reclamo tus rosas-
Jue Abr 04, 2024 1:02 pm por caminandobajolalluvia
» La huella del amor...
Jue Abr 04, 2024 1:01 pm por caminandobajolalluvia
» Desnuda cadencia...
Jue Abr 04, 2024 12:59 pm por caminandobajolalluvia
» Son claveles...
Jue Abr 04, 2024 12:55 pm por caminandobajolalluvia