El amanecer se extiende por las ventanas
como el crujir de las copas que ceden a los pasos,
entre largas cadenas desfiguradas por el llanto.
Es un naufragio de sábanas sucias y papeles salpicados de rutina.
Es el sonido de los cuchillos que cortan la madrugada
derramando lluvia, sangre o muerte
sobre el cementerio de las estatuas.
Hace ya demasiado tiempo que las palomas negras
se escapan por las alcantarillas
dejando un rastro de monedas amargas
en los suburbios del dia.
Y entre día y día crecen raices que se extienden por el tiempo
persiguiendo el origen de la claustrofobia, de los desvelos,
de edificios hechos con promesas olvidadas:
es ya demasiado tarde para quemar las fotografías
de tantos mundos inservibles.
Los relojes avanzan como párpados inertes
aplastados por las tumbas de los arboles
y regresan los trenes de las estaciones
persiguiendo el concepto de lo cotidiano
¿Por qué esperar tantos sueños oxidados
cuando las venas se abren y los ríos no existen
y se sigue escuchando el mismo murmullo
de lágrimas cayendo,
de rostros atrapados
por las mascaras muertas
de las sílabas?
Las miradas se pierden por los paisajes de cemento
plástico y asfixia,
o acaso ausencia,
porque hay tanta soledad en las aceras
como para caerse a pedazos lentamente.
como el crujir de las copas que ceden a los pasos,
entre largas cadenas desfiguradas por el llanto.
Es un naufragio de sábanas sucias y papeles salpicados de rutina.
Es el sonido de los cuchillos que cortan la madrugada
derramando lluvia, sangre o muerte
sobre el cementerio de las estatuas.
Hace ya demasiado tiempo que las palomas negras
se escapan por las alcantarillas
dejando un rastro de monedas amargas
en los suburbios del dia.
Y entre día y día crecen raices que se extienden por el tiempo
persiguiendo el origen de la claustrofobia, de los desvelos,
de edificios hechos con promesas olvidadas:
es ya demasiado tarde para quemar las fotografías
de tantos mundos inservibles.
Los relojes avanzan como párpados inertes
aplastados por las tumbas de los arboles
y regresan los trenes de las estaciones
persiguiendo el concepto de lo cotidiano
¿Por qué esperar tantos sueños oxidados
cuando las venas se abren y los ríos no existen
y se sigue escuchando el mismo murmullo
de lágrimas cayendo,
de rostros atrapados
por las mascaras muertas
de las sílabas?
Las miradas se pierden por los paisajes de cemento
plástico y asfixia,
o acaso ausencia,
porque hay tanta soledad en las aceras
como para caerse a pedazos lentamente.
Última edición por heliogabalo el Vie Dic 18, 2009 8:39 am, editado 2 veces
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