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por marcosj Jue Ene 06, 2011 8:26 amcarta a Ella
Una vez, entre en la noche más oscura, mientras los perros aullaban.
vague por un camino de tierra y viento, contemplando sobre los arboles sus ramas desnudas, sobre el camino sus sombras esparcían dibujos de extrañas figuras.
El reloj retrocedía en el tiempo.
Mis manos se volvían cenizas.
Frente a mí se apareció impetuosa, su voz jamás pronunciada, su mirada atravesaba la mía.
Me llevo sobre un campo de chimangos que revoloteaban ansiosos sobre un cuerpo moribundo y más allá de la noche se morían las campanas.
Una vez, lúgubres perros aullaban; Corte las cadenas de la vida.
Entre en la noche más oscura, transite las calles de tierras mientras el viento gritaba sobre mi rostro.
Frente a mi emergió ella, sus ojos envueltos en niebla desgajaban en pedazos mi mirada.
Me invito a ir con ella…
Nos sumergimos en las gélidas ramas desnudas de añejos arboles de sombras atrapadas.
Me llevo a un campo de chimangos que despedazaban un cuerpo antes con vida, ya la noche ni el dia existían, solo el eco en ese campo giraba reinante.
Entre en la noche más oscura envuelto entre aullidos de perros, desate el nudo de la existencia, camine por las vías de la eternidad creada de la tierra, arrasada en vientos, al lado mío renació ella, irreverente y temida.
De súbito, sin decir nada, me aferro en sus brazos y me llevo con ella;
Atravesamos el fondo del abismo creado de sombras mutiladas.
Exploramos el instante donde se detiene el tiempo.
Me mostro el dulce sonido de sus besos, me llevo a un campo de hambrientos chimangos, que picoteaban huesos de un viejo cuerpo, hoy ya olvidado;
La noche ni el dia eran recordados.
El eco reinante en otro tiempo, ahora se extinguía en un leve susurro apenas perceptible;
Volví de la noche más oscura, sin saber cómo.
Regrese a una falsa realidad preñada de alucinaciones, espejismos de una existencia única y perdurable, pero con la certeza de que pronto volveré a verla.
Una vez, entre en la noche más oscura, mientras los perros aullaban.
vague por un camino de tierra y viento, contemplando sobre los arboles sus ramas desnudas, sobre el camino sus sombras esparcían dibujos de extrañas figuras.
El reloj retrocedía en el tiempo.
Mis manos se volvían cenizas.
Frente a mí se apareció impetuosa, su voz jamás pronunciada, su mirada atravesaba la mía.
Me llevo sobre un campo de chimangos que revoloteaban ansiosos sobre un cuerpo moribundo y más allá de la noche se morían las campanas.
Una vez, lúgubres perros aullaban; Corte las cadenas de la vida.
Entre en la noche más oscura, transite las calles de tierras mientras el viento gritaba sobre mi rostro.
Frente a mi emergió ella, sus ojos envueltos en niebla desgajaban en pedazos mi mirada.
Me invito a ir con ella…
Nos sumergimos en las gélidas ramas desnudas de añejos arboles de sombras atrapadas.
Me llevo a un campo de chimangos que despedazaban un cuerpo antes con vida, ya la noche ni el dia existían, solo el eco en ese campo giraba reinante.
Entre en la noche más oscura envuelto entre aullidos de perros, desate el nudo de la existencia, camine por las vías de la eternidad creada de la tierra, arrasada en vientos, al lado mío renació ella, irreverente y temida.
De súbito, sin decir nada, me aferro en sus brazos y me llevo con ella;
Atravesamos el fondo del abismo creado de sombras mutiladas.
Exploramos el instante donde se detiene el tiempo.
Me mostro el dulce sonido de sus besos, me llevo a un campo de hambrientos chimangos, que picoteaban huesos de un viejo cuerpo, hoy ya olvidado;
La noche ni el dia eran recordados.
El eco reinante en otro tiempo, ahora se extinguía en un leve susurro apenas perceptible;
Volví de la noche más oscura, sin saber cómo.
Regrese a una falsa realidad preñada de alucinaciones, espejismos de una existencia única y perdurable, pero con la certeza de que pronto volveré a verla.
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